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MÚSICA

Labordeta desnudo y en femenino

María José Hernández graba algunas de las canciones ‘olvidadas’ del cantautor aragonés

María José Hernández.
María José Hernández.Juan Miguel Morales

 “¿Y por qué no recrear a Labordeta? Se ha versionado repetidamente a Dylan y a Cohen… ¿Por qué no hacer lo mismo con un poeta inmenso, un hombre con una valía que traspasa el ámbito de lo estrictamente literario y musical, querido como pocos y al que, además, me unía una relación personal? María José Hernández (Zaragoza, 1966), justifica así su atrevimiento: grabar doce canciones del repertorio de José Antonio Labordeta en el álbum Las uvas dulces, donde además pone música al último poema que escribió el cantautor aragonés: Nadie.

María José Hernández, cantautora que excede las taxonomías, compositora e intérprete de carrera larga y discografía discreta, ha plasmado su talento y sensibilidad en grabaciones como La línea del cielo (1996), El mar del deseo (2001), Círculos concéntricos (2006) y Señales de humo (2011), además de en discos colectivos, música para teatro y trabajos de otros artistas (colaboró con Labordeta en Paisajes).

María José Hernández.
María José Hernández.

Intérprete de voz gozosa y compositora que explora todos los rincones de la inspiración, ha entrado en el cancionero labordetiano con dos premisas claras: “No iba a centrarme en las canciones y los himnos que todo el mundo conocía y esperaba encontrar, y el criterio de selección iba a ser totalmente subjetivo y emocional”. El resultado es un hermoso y singular tributo a quien escribió y cantó canciones de amor, gritos de libertad, lamentos por la destrucción de la memoria, afirmaciones de identidad colectiva, rebeliones contra el exilio y evocaciones sobre un tiempo tantas veces escamoteado. “Este disco era en cierta manera una asignatura pendiente que tenía, un proyecto que José Antonio conoció y aprobó, pero que no quise llevar a cabo antes por la circunstancia de su fallecimiento”.

Tras la escucha atenta de la discografía completa de Labordeta, María José seleccionó 35 canciones, “eligiendo las que por alguna razón me pellizcaron”. Entre ellas, Guárdate y Nieve en abril, “piezas que no había oído nunca pero que tuve claro al instante que estarían en el disco”. Luego, en el listado final primó la objetividad, “intentando ofrecer una visión amplia de los distintos matices de su poesía, para que el disco tuviera un ritmo adecuado. Hay quien piensa que es un disco de canciones de amor, y no es así, ya que también hay canciones en las que aparecen, la nostalgia, el recuerdo de los días grises de un niño de posguerra y la búsqueda permanente de la libertad”.

Dice Hernández que grabar Las uvas dulces, título extraído de la canción homónima de Labordeta, registrada en Las cuatro estaciones, le ha dado la posibilidad de “profundizar en la persona y la poesía de un José Antonio del que, como mucha gente, quizá solo tenía una visión parcial” ¿Cómo? “Demostrando el potencial de algunas canciones olvidadas, desnudándolas y alejándolas de estereotipos; convertirlas en otra cosa. Creo que he aportado el punto de vista femenino, demostrando que la música de Labordeta no tiene género, y puede que haya contribuido a revitalizar y actualizar unas canciones que habían quedado un poco enterradas por el peso de sus himnos”.

María José Hernández presenta `Las uvas dulces’ el 18 de junio en la sala Clamores, de Madrid.

Las uvas dulces está editado por Delicias Discográficas y se puede adquirir en www.mariajosehernandez.com

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