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Cortos, crítica y Cuerda clausuran el JamesonNotodofilmfest

El director José Luis Cuerda pone el colofón a 100 horas de actividades en torno al cine

Rut de las Heras Bretín
José Luis Cuerda y Gregorio Belinchón en la Cineteca de Matadero.
José Luis Cuerda y Gregorio Belinchón en la Cineteca de Matadero.JULIAN ROJAS

José Luis Cuerda ha puesto este domingo el letrero de The End al fin de semana de cine en la Cineteca de Matadero de Madrid. Dos días de sesión continua para acabar la XIII edición de JamesonNotodofilmfest, cuyo lema ha sido "Mucho cine en poco tiempo". Un maratón cinematográfico que empezó el viernes 12 con la entrega de los premios del festival -Ejercicio 2: Ficción de María Pérez Sanz se llevó el de mejor película- hasta la clausura del domingo con una entrevista del periodista de EL PAÍS Gregorio Belinchón al director albaceteño de Amanece que no es poco.

Un locuaz Cuerda repasó algunos de sus episodios cinematográficos y biográficos, como los mensajes que intercambió con Woody Allen, tras declarar este último que le había gustado La lengua de las mariposas. Cuerda acabó enviándole dos botellas de vino. "Me he codeado con lo mejor", comentó al hablar de la entrevista que le hizo al cineasta austriaco Fritz Lang. Añade a esta lista a Alejandro Amenábar. Le descubrió al ver su corto Himenóptero, que posteriormente produjo, igual que las tres primeras películas del entonces novel director: Tesis, Abre los ojos y Los otros. Alabó su economía narrativa, su capacidad innata para rodar el plano más adecuado en cada momento y, sobre todo, le puso de ejemplo ante un auditorio repleto de estudiantes de cine y de cortometrajistas. "Haced cortos para demostraros que sabéis hacerlos. Miradlos solos, sin familiares ni amigos complacientes que os regalen los oídos".

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Los comentarios y consejos de un maestro como Cuerda pusieron el colofón a 100 horas de actividades en torno al cine: encuentros, proyecciones, estrenos, talleres como los impartidos por Jorge Dorado y Carmelo Gómez de dirección e interpretación respectivamente. Cuerda dejó claro que el lenguaje cinematográfico se podía aprender y tanto las universidades como las escuelas cumplen su función al respecto. Entre el público estaba Gonzalo Salazar-Simpson, director de la Escuela de cinematografía y del Audiovisual de Madrid (ECAM), y se dirigió a él para ofrecerse como profesor.

Una de las actividades del fin de semana, Reto ECAM con LG, ha sido promovida por la escuela de cine. Consistió en hacer un rodaje y un montaje exprés. El sábado a las once de la mañana se entregaba a los participantes un teléfono móvil de última generación y un guión sorpresa y el domingo, 24 horas después, tenían que entregar el resultado. Cuerda apuesta por investigar e innovar en los contenidos, no le interesa la experimentación formal.

Hablar de José Luis Cuerda es hablar de Amanece que no es poco, aunque él no recuerda en qué momento fue consciente de esta circunstancia. Del punto hasta el que había calado esa cinta en el imaginario colectivo y de que era difícil que pasara un día sin que alguien le recordara alguna frase de la película. Bromea con los asistentes y les recomienda otro de sus trabajos Total. No sin antes advertir que la crítica de EL PAÍS fue demoledora. Total, nada la titulo Ángel Fernández-Santos. "Yo le quise más que él a mí", recuerda.

Charla sobre crítica de cine en el festival JamesonNotodofilmfest.
Charla sobre crítica de cine en el festival JamesonNotodofilmfest.Julian Rojas

La crítica también ha tenido su espacio en las actividades del fin de semana, los sucesores de Fernández-Santos en EL PAÍS, Jordi Costa y Javier Ocaña, junto con el director de Cinemanía, Carlos Marañón, charlaron sobre su profesión. Para Costa la crítica tiene que ver con el amor al cine, no con el odio, "con prolongar el placer del espectador". Ocaña se define como un mediador entre el producto que se ofrece y el que lo va a consumir; y Marañón dice: "Es una de las cosas inútiles más maravillosas que hay. Me tomo muy en serio mi trabajo, pero no me tomo en serio a mí mismo en ese papel".

Los tres coinciden en bajar al crítico de cine del pedestal. Reconocen que casi nadie -añaden el casi para curarse en salud- vive exclusivamente de la crítica cinematográfica en España. Ellos la compaginan con otras labores profesionales. Costa desmitifica, ante un auditorio cinéfilo, la idea de ver muchas películas a la semana: "Están bien y mal al mismo tiempre. Es difícil encontrar algo apasionante". A la vez destaca la labor del crítico teatral, en contraposición con el cinematográfico. Destaca las piezas de Marcos Ordoñez en Babelia: "Levanta acta de lo que ocurre en el escenario. El teatro es efímero, pero una relectura de las críticas de Ordoñez vuelven a dibujar lo que sucedía sobre las tablas". Exponen la dificultad que supone hacer críticas en los espacios, cada vez más reducidos, que les reservan en las ediciones de papel de los periódicos. La solución tampoco es la escribir textos eternos para las webs. Marañón encuentra un elemento positivo en no tener espacio, "te obliga a pensar más, a ser más preciso", aún así, se necesita más espacio que el de un tuit.

En Twitter José Luis Cuerda también ha cultivado su éxito. Escribe para más de 86.000 seguidores sus opiniones, no solo de cine. Se reconoce contento con el curso de los últimos acontecimientos políticos. Pero si piensa cómo se trata al cine se muestra molesto: "Este Gobierno ha hecho una labor para impedir montajes cinematográficos y le ha salido cojonudamente"

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