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CARAS MUSICALES

India Martínez: “Dicen que les gusto más cuando canto flamenco”

La cantante prepara un nuevo disco y afirma no olvidar sus raíces musicales.

En la cocina del Manzana Mahou 330, un restaurante-bar-centro cultural reabierto la noche del pasado miércoles en Madrid, hay un pasadizo secreto. Está detrás de una nevera roja y, cuando se abre, uno entra (agachando la cabeza) en un espacio “muy chic.” Quién sabe qué experiencias sensoriales hayan ocurrido (u ocurrirán) aquí. De momento, hay una chica sentada en torno a una mesa grande y cuadrada. Se llama Jennifer Jessica, nació en Córdoba, creció en Almería y ha construido una carrera musical bajo el nombre de India Martínez.

Al principio sí recibí críticas, porque del flamenco puro pasé a grabar un disco con canciones propias aflamencadas, en vez de flamencas clásicas, y había quien esperaba otra cosa de mí

Faltan unos minutos para que India, a la que su primer manager le puso así porque Jennifer Jessica era muy largo y ella se parece a Pocahontas y el nombre es lo suficientemente “exótico, racial y fresco” como para quedarse en la mente y el gusto del público, salga a cantar (acompañada sólo por un guitarrista) algunos de sus éxitos en la segunda planta de este Palacio de Santa Bárbara, vestido de rojo-mahou. Pero mientras eso ocurre, la mujer que cuando era niña recorría Almería cantando flamenco, que a los 13 años fue al programa Veo Veo de Teresa Rabal para difundir más su talento, que ha sido nominada a los Grammy Latinos y que tiene un Goya por la banda sonora de la película El Niño, conversa entre tímida, amable e ilusionada.

Pregunta. Así que tiene un cabezón en casa…

Respuesta. Es un privilegio poder tener uno. De niña soñaba con algún premio musical, un Grammy Latino, eso. Pero no con un Goya. No pensé que estuviera a mi alcance. Ha sido una sorpresa grandísima. Y no siento que haya sido expresamente por la canción de El Niño. Es como una recompensa a tanto tiempo de trabajo. En equipo, además. Porque los tres que compartimos ese Goya, Ricky Rivera, David Santisteban y yo, llevamos trabajando juntos durante mucho tiempo. Nos esforzamos día a día, componemos, producimos.

P. ¿Qué queda en usted de La Niña del Puerto que fue?

R. Pues… no queda el nombre, porque pasé a llamarme India, hace mucho. Pero siguen quedando las ganas de aprender, de dedicarme a la música y no a otra cosa, de ilusionarme. Eso es lo que sigo conservando de la niña que fui.

P. ¿Y si no hubiese ido al Veo Veo?

R. El Veo Veo fue sólo un comienzo y no tuvo mucha repercusión. Lo más importante vino después: hacerme día a día, festivales, concursos de cante flamenco, hasta llegar a mi primer disco. Tener una discográfica y unos managers que creyeran en mi no me lo dio el programa. Fue un escaparate y yo era sólo una niña. Pero he de reconocer que se comienzo fue muy bonito.

P. ¿De dónde provienen sus canciones?

R. Nacen de dentro de mí, de lo que siento, de mis experiencias. Me gusta reflejar en mis canciones mis sentimientos. Hay veces que adapto otras historias, pero al final las acabo haciendo mías. Es puro sentimiento.

P. ¿Qué tal el salo que ha dado a América Latina?

R. Uno siempre se propone metas grandes. Yo soy mucho de viajar, de conocer mundo, de aprender de otras culturas y se me ha dado la oportunidad. Ya estamos en México y ahora estamos entrando en Argentina, de la mano de Abel Pintos, por cierto, con quien grabé un tema. Casa vez que voy a Latinoamérica me siento como en casa y descubro muchas cosas.

P. ¿Ritmos que luego integra a su música?

R. Sí. Me gusta mucho, por ejemplo, todo el folklore. El de Argentina me suena súper familiar. Pero ahora acabo de grabar con Juan Fernando Velazco, de Ecuador, y he cantado lo tradicional de allí, y me ha sorprendido. Me gustan este tipo de experiencias porque aportan nuevos colores a mi música. También me gustan las rancheras. Incluso, en mi repertorio hemos incluido algunas, como Un mundo raro, El siete Leguas…, canciones en las que veo mucha similitud con mi flamenco. Me encanta la esencia, el arraigo y la fuerza que tienen. También me gustan los corridos.

P. ¿Y cómo lleva las críticas de los puristas del flamenco?

R. Pues yo siempre he respetado mis orígenes. Pero mi visión de la música es más abierta. Así como muchos flamencos me sienten suya, quiero que me sientan suya gente de otras músicas. Al principio sí recibí críticas, porque del flamenco puro pasé a grabar un disco con canciones propias aflamencadas, en vez de flamencas clásicas, y había quien esperaba otra cosa de mí. Hoy sólo me dicen que les gusto más cuando canto flamenco. Y en mis conciertos acabo cantando flamenco: bulerías, fandangos, alegrías, seguiriyas… Todavía, algunas veces, voy a festivales flamencos. Este verano, por ejemplo.

P. ¿Por qué dice una y otra vez que sus conciertos en Los Veranos de la Villa es el más especial, hasta el momento, para usted?

R. A ver: fue más multitudinario el del Palacio de los Deportes y todo ahí fue muy bien. Pero el de Los Veranos de la Villa fue mágico. Ese fondo que es el Palacio Real, los jardines, el agua, las luces, la luna... todo era maravilloso. La conexión con el público, sobre todo. Y por eso no me canso de decirlo. A los míos, a los medios o hasta en el anuncio de Mahou.

P. ¿Qué hace cuando no está trabajando?

R. Deporte. Dibujar. Ir al cine. Y practico capoeira, desde hace como cuatro años. La descubrí y me gustó… es un arte marcial con música afrobrasileña y me gustó.

P. ¿Para cuándo otro disco?

R. Pues lo estoy haciendo ya. Estamos con el repertorio, creando canciones, buscando la renovación. Pero saldrá hasta primavera del año que viene. Hoy cuesta más vender discos físicos. Y a veces ya no se sabe dónde está el negocio de la música. Pero surgen nuevas oportunidades, como vender canciones por Internet. Yo sigo comprando discos. Porque me gusta ver quién está detrás de esas canciones: autores, productores, músicos, técnicos.

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