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Lecciones de humanismo

Una antología de ensayos de Emilio Lledó ilustra su idea de que es el lenguaje lo que configura al ser humano

Emilio Lledó, visto por Sciammarella.
Emilio Lledó, visto por Sciammarella.

Emilio Lledó mantiene incansable su perfil humanista. Lo es en el doble uso del término: en primer lugar, por su talante ilustrado y liberal, y, también, en la acepción tradicional y más estricta, como lector y apasionado intérprete de los grandes clásicos. A lo largo de muchos años ha reflexionado, enseñado y escrito de filosofía y educación combinando muy bien esas dos características: una mirada sensible y crítica sobre el pensamiento actual y una atención a los grandes textos del pasado, con afán filológico. El presente volumen recoge 23 ensayos en una muy significativa selección que certifican de nuevo esos rasgos que los lectores de otros trabajos y sus numerosos discípulos conocen bien, y que ilustra y subraya con precisión el prólogo de Juan Á. Canal.

Me gustaría subrayar sus páginas sobre “el estilo de Emilio Lledó”. Ese “estilo”, con su propia “hermenéutica”, como dice la introducción, está caracterizado por la búsqueda de claridad y por un tenaz afán de diálogo, iluminado a veces por textos de antiguos. Así a menudo Platón o Aristóteles vienen citados para aclarar o refrendar reflexiones o sugerencias, y con agilidad introduce algún resonante vocablo griego en la discusión —para mayor precisión y sin ninguna pedantería—. Sólo en Grecia la filosofía se expresó en vivaces diálogos, y un buen conocedor de Platón y Aristóteles no puede olvidar esa afición al diálogo crítico y abierto, un rasgo amable de los viejos filósofos. Queda claro que el humanismo no es arqueología ni escolástica, sino un conversar con los grandes pensadores de otros tiempos. Coloquio amistoso, memoria y confianza en el logos, común camino hacia la verdad, mediante el diálogo y la discusión franca. (Con muchas lecturas y relecturas clásicas como paisajes de fondo). Me gustaría recordar, de paso, que hace ya casi 40 años le encargué a Emilio Lledó los prólogos de los Diálogos de Platón y de laÉtica de Aristóteles en la Biblioteca Clásica Gredos, que perduran en sus libros como magníficos ejemplos de su mejor estilo filológico y filosófico. Define al maestro el acercarse a los clásicos con claridad, sencillez y profundidad, como hizo entonces.

Lledó ha insistido en muchos textos que es el lenguaje lo que configura al ser humano como tal y fundamenta así la comunidad cívica, la política y la ética. De las palabras y la razón, de la felicidad y la libertad y la memoria —sus temas de siempre, con variados enfoques y perspectivas, trata siempre invitando a la reflexión—. Pero el libro recoge también muchas notas biográficas y recuerdos personales. De sus años de juventud en la Universidad de Heidelberg, donde escuchó a grandes maestros de la filosofía y la filología alemana, como Gadamer, y donde logró adquirir su maestría universitaria, de profesor de palabra vivaz que incita al saber y la crítica, mantenida siempre en su paso por diversas universidades. Como conferenciante y académico de prestigio muy reconocido, en los muy últimos años ha recibido, casi en cascada, los premios más importantes de nuestro mundo cultural. Tardío, pero claro reconocimiento institucional a su magisterio entusiasta en favor de la filosofía, la educación, los grandes libros y la búsqueda de la verdad, más allá de la fría erudición y las sectas académicas. ¡Salud, pues, a un humanista en una época tan desdeñosa del humanismo! En fin, hay otros libros recientes de ensayos de Lledó. El editado en KRK, con elegante formato pequeño, ofrece una clara y actual perspectiva sobre su vida y su obra.

Palabra y humanidad. Emilio Lledó. Edición y prólogo de Juan Á. Canal. KRK Ediciones. Oviedo, 2015. 614 páginas. 29,94 euros.

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