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Letra y música

'Martha. Música para el recuerdo', de Fernando Navarro, te gana por su entusiasmo

Novela escrita sin asomo de cinismo, desde una nostalgia alambicada en la pureza del pacto adolescente hacia un código y una tribu. El planteamiento es casi una excusa. Javi, un periodista que trabaja en una revista musical, recibe la noticia de la muerte en accidente de tráfico de Marta, un personaje trascendental en su juventud. Eso inicia un viaje hacia el centro de las canciones y los recuerdos enlazados a ellas. Martha no te gana por un argumento que conoces y cuyo interés radica en la complicidad que pueda entablarse con el lector de una determinada generación.

La novela, aunque adolece de falta de cintura en algunos tramos, te gana por su entusiasmo, su inocencia, por ese puente que el protagonista decide tomar y que no es sino la capacidad de elegir. Martha te gana por ese aroma a cuando una canción te elige sin saber por qué, y cuando los sentimientos eran poseedores de una mística integridad. Poder transmitir eso recae en que la prosa de Fernando Navarro (Madrid, 1981) es directa, sincera, con un buscado estilo invisible. Pero también va más allá y te gana superando la nostalgia y apostando por el valor —en las acepciones de precio y audacia— que tiene elegir. Sabiendo que si miras atrás, acabarás convertido en sal. Aunque, pensándolo bien, eso también juraste no hacerlo cuando —retorciendo el brazo al poeta— la vida iba mucho más en serio.

Martha. Música para el recuerdo. Fernando Navarro. 66rpm. Barcelona, 2015. 271 páginas. 18 euros.

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