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Finito desafía al presidente y escucha los tres avisos en la feria de Córdoba

El torero se empeñó en que se le concediera el indulto a un buen toro de Núñez del Cuvillo

El festejo más esperado de la feria de Córdoba tuvo como nombre destacado a Finito de Córdoba, que protagonizó el suceso de la tarde al cuajar al excelente toro cuarto y matarlo después de escuchar los tres avisos, desobedeciendo al presidente.

Con dos tercios de entrada, se lidiaron toros de Núñez del Cuvillo, de justa presentación. Noble y soso el primero; algo brusco el segundo; de más a menos el tercero; el cuarto, de excelente calidad y duración, se rajó un poco al final. El quinto derrochó clase y bondad y el sexto se acabó muy pronto.

Juan Serrano Finito de Córdoba, ovación tras leve petición y gran ovación tras tres avisos. Morante de la Puebla, silencio y oreja, y Alejandro Talavante, oreja y silencio.

El festejo estrella de la feria estuvo precedido de tensión en los corrales, pero el definitivo escándalo, por lo bueno y por lo malo, lo protagonizó Finito de Córdoba, que malogró una merecida salida a hombros por su empeño frustrado de indultar al cuarto, un animal de excelentes condiciones que se rajó un poco al final.

El torero no había pasado de los detalles con un primero de sosa nobleza con el que no llegó nunca a apostar por completo, pero con el cuarto logró dibujar dos o tres capotazos de los suyos y un recorte de pura fantasía.

El toro, muy recortadito pero de buenas hechuras, se movió mucho y bien en banderillas, y la faena de Finito, precedida de largas probaturas, rompió cuando descubrió la calidad que atesoraba el buen pitón izquierdo.

Sobre ese lado surgió el mejor Finito, definitivamente acoplado con la excelente clase del toro de Cuvillo, al que reventó literalmente por naturales en una faena honda, expresiva, bien trazada y siempre sentida que encontró la comunión del público cordobés, reencontrado con su torero predilecto.

Hubo petición de un indulto improcedente. El toro había amagado con rajarse en el último tramo de la faena, pero el público y el torero siguieron en sus trece mientras el presidente mandaba los avisos y el animal miraba a las tablas. Finito siguió toreando en medio de una auténtica galerna y sonó el tercer aviso.

El torero desobedeció al presidente y estoqueó al animal. Había desaprovechado la oportunidad de cortar los máximos trofeos de forma legítima, pero optó por el escándalo. No hubo orejas; tampoco vuelta para el toro. La polémica está servida.

Morante cumplía su segundo compromiso en su papel de base del abono. Su primer oponente -bravito en el caballo- cantó exceso de flojera en los esbozos capoteros del diestro, que dibujó varios derechazos de excelente trazo trufados de tiempos muertos y algunos enganchones. Toro y torero se aburrieron pronto.

El buen quinto sí le dejó torear con temple y suavidad en una faena en la que hubo dos fases diferenciadas: primero, sobre el lado diestro, y la segunda, cerrada por excelentes naturales que mostró la mejor versión de Morante, inspirado y brillante e insolvente con la espada.

El tercero metió bien la carita en los primeros tercios y animó a Talavante a emplearse en un fulgurante inicio de faena -estatuarios, muletazos cambiados por la espalda y molinete- seguido de un templado y sedoso toreo fundamental resuelto sobre ambas manos que no fue a más por la condición declinante del toro de Cuvillo. La faena al soso y brusco sexto no llegó a coger vuelo.

Álvaro Lorenzo, a hombros en Aranjuez

El novillero Álvaro Lorenzo, con tres orejas, fue el triunfador del festejo mixto celebrado ayer en la localidad madrileña de Aranjuez, con motivo de la festividad de San Fernando, y en el que tanto el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza como Enrique Ponce lograron un apéndice cada uno.

Con media entrada, se lidiaron dos toros para rejoneo de Fermín Bohórquez, flojo el primero, y manejable el cuarto; y, en lidia ordinaria, dos toros y dos novillos de Alcurrucén, bien presentados y buenos en conjunto, a excepción del quinto, que manseó.

El rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, oreja tras aviso y ovación; Enrique Ponce, oreja tras aviso y ovación, y el novillero Álvaro Lorenzo, oreja y dos orejas.

Cáceres: triunfo de Garrido

El joven matador de toros José Garrido salió a hombros en el primer festejo de la feria de San Fernando de Cáceres.

Con tres cuartos de entrada, se lidiaron dos toros para rejoneo de Carmen Lorenzo, manejables; y cuatro en lidia ordinaria de El Capea, terciados y de variado comportamiento. Destacaron tercero y quinto.

El rejoneador Diego Ventura, ovación y oreja; Miguel Ángel Perera, oreja y ovación, y José Garrido, oreja y oreja.

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