Un asesino español
Lejos del cine social o político, aunque tenga ramalazos, y cerca de la ironía criminal
La España de la corrupción; la de ciertos cargos políticos patanes, el lavado de dinero negro, las oscuras alianzas con las inmobiliarias, las reuniones alrededor del whisky, el póker y la coca; la del puterío, incluso la de la muerte. Puede que no sean muchos, pero haberlos, haylos, y Javier Muñoz ha unido todas esas tramas en una sola, con un protagonista central: un asesino a sueldo. "¿En España? Sí, en España", vienen a decir en la película, mientras un personaje cava con una pala su propia tumba: Sicarivs: la noche y el silencio, lejos del cine social o político, aunque tenga ramalazos, y cerca de la ironía criminal, referencial y comercial.
Sicarivs: La noche y el silencio
Dirección: Javier Muñoz.
Intérpretes: Víctor Clavijo, Pedro Casablanc, Chete Lera, Fernando Gil, Israel Elejalde.
Género: thriller. España, 2015.
Duración: 97 minutos
Opera prima de Muñoz, la película se alimenta de una voz en off casi constante, del sicario en cuestión, que no sólo reflexiona sobre su oficio sino que además verbaliza subtextos e incluso subraya lo que ya se está viendo en las imágenes. Una sistemática en principio alejada de los cánones del cine de calidad (en las antípodas de, por ejemplo, El silencio de un hombre, de Melville), que, sin embargo, funciona medianamente bien gracias al gran trabajo de su protagonista, Víctor Clavijo, perfecta dicción, voz preciosa, y a las expectativas de cotidianidad. Sicarivs, quizá demasiado limpia en la puesta en escena, lo que contrasta con la suciedad de su interior dramático, no pretende ser realista, aunque clave algunas actitudes, así que es mejor verla como la pieza teatral que guía su estructura: como la representación figurativa de la podredumbre real que nos alcanza.