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Leonardo San Sebastián paga con una cornada su poco oficio en Las Ventas

Éxito de El Juli en una corrida triunfal en la localidad mexicana de Aguascalientes

La grave cornada que sufrió el confirmante Leonardo San Sebastián no hizo más que ratificar su evidente inexperiencia para venir a Madrid, en una tarde en la que fallaron los toros de Carriquiri, que propiciaron que tanto Curro Díaz como Sergio Aguilar no pudieran pasar de detalles aislados.

Con un cuarto de entrada, ayer domingo se lidiaron toros de Carriquiri, bien presentados y deslucidos por su absoluta falta de raza. El balance de la terna fue el siguiente: Curro Díaz, dos pinchazos y estocada caída (ovación); estocada (ovación); Sergio Aguilar: estocada trasera y cuatro descabellos (silencio tras aviso); y media caída con derrame (ovación); Leonardo San Sebastián, que confirmó la alternativa: metisaca, casi entera tendida y atravesada, y descabello (silencio); y resultó cogido por el sexto, al que despachó Curro Díaz de un bajonazo (silencio).

En la enfermería fue intervenido Leonardo San Sebastián de "una cornada en tercio superior, cara posterior del muslo derecho con dos trayectorias: una descendente de 25 centímetros que produce destrozos en músculos isquiotibiales y contunde nervio ciático; y otra ascendente de 15 centímetros que alcanza isquion, de pronóstico grave".

La tarde se iba por los derroteros del aburrimiento. No embistió la corrida de Carriquiri, y, en consecuencia, los toreros poco pudieron hacer más que tratar de estar por encima de tan desagradecidas circunstancias. Así lo lograron en parte Curro Díaz, que dejó fogonazos de su personal concepto ante dos astados totalmente vacíos, y Sergio Aguilar, que tragó quina con el lote más complicado.

Otra historia bien distinta fue la del confirmante Leonardo San Sebastián, torero desconocido hasta por los más entendidos por su casi inexistente bagaje profesional (tomó la alternativa en 2009 en Moral de Calatrava (Ciudad Real), y el pasado año solo actuó dos tardes), y cuyo único aval para estar en el cartel de hoy es ser hijo de uno de los presidentes de la plaza. ¿Qué opinará el murciano Juan Belda, a quien el verano pasado le negaron una oportunidad precisamente por su falta de oficio? ¿Qué dirán también otros tantos que sueñan con venir a Madrid y no cuentan con padrinos para hacerlo?

Se veía venir que tanta inexperiencia le podía costar un serio disgusto, como así ocurrió. Una grave cornada sufrió al perder pie tras un muletazo por el derecho al sexto; el animal hizo por él y no lo perdonó. En consecuencia, se acordará de por vida San Sebastián del flaco favor que le hicieron trayéndole a Madrid con tan pocas corridas a sus espaldas.

Tampoco dijo nada el donostiarra en el toro de la confirmación, un animal de pocas fuerzas, con tendencia a irse suelto y sin ninguna gracia en la muleta, moviéndose sin celo, al paso y sin transmitir, lo mismo que la anodina faena de San Sebastián.

Curro Díaz dejó patente su sello con un precioso saludo a la verónica a su primero, toro que hubiera sido ideal para su toreo si no se apaga pronto, y con el que firmó también unas almibaradas probaturas con la franela. Pero, al final, la miel se quedaría en los labios del aficionado, que contempló con resignación cómo el astado se venía abajo, echando por la borda el esfuerzo de un Díaz que fue ovacionado.

En el cuarto, idéntico guión. Faena de chispazos de Curro Díaz ante otro astado mortecino de salida. Hubo detalles sueltos que despertaron los olés de los tendidos, mas aquello nunca llegó a tomar vuelo por el deslucido comportamiento del astado.

Aguilar sorteó una muy difícil papeleta. Su primero fue un toro muy informal, que embistió con brusquedad y a oleadas. En el inicio de faena y citando desde la media distancia, el viento lo descubrió, lo que hizo que el toro le prendiera, sin mayores consecuencias. El resto de su labor fue un continuo quiero y no puedo ante un astado muy desagradable.

El quinto fue también otro toro que, pese a desplazarse algo más, no acabó de definirse. Aguilar lo intentó y llegó a firmar algún natural de buena factura. Fueron pasajes aislados, sin continuidad, como el propio "carriquiri", que se movió sin clase.

Festejo triunfal en Aguascalientes

La novena corrida de la feria de San Marcos de la localidad mexicana de Aguascalientes se saldó ayer con triunfos de Julián López El Juli, Diego Silveti, Fermín Espinosa Armillita IV, el rejoneador Emiliano Gamero y el ganadero Fernando de la Mora.

El Juli ha dado toda una lección de gran torero; Gamero, que sustituyó a la rejoneadora Mónica Serrano, lesionada, cortó un rabo en una actuación cumbre; Silveti regaló un toro y realizó la mejor faena, aunque resultó con una cornada en el tobillo derecho y no pudo salir a hombros; Armillita 1V cosechó un trofeo, y el ganadero Fernando de la Mora lidió dos extraordinarios astados, el de rejoneo, con arrastre lento, y el de regalo que fue indultado.

Con otro impresionante lleno en los tendidos se lidiaron siete astados de Montecristo, el sexto pitado por su poca presencia y un sustituto del mismo hierro, en que hubo de todo. Y dos de Fernando de la Mora, el de rejoneo, que fue estupendo, y el de regalo, un dechado de bravura, estilo y calidad que a petición generalizada fue indultado.

El Juli es un torero fuera de serie; le tocaron dos toros con pocas opciones, pero realizó dos faenas impecables, impregnadas de conocimientos y talento torero. Al primero le cuajó una faena de gran mérito increíble, pero lo mató de estocada trasera y no se le concedió trofeo alguno. Ante el cuarto, que no ofrecía condiciones para triunfar, se inventó una faena, siempre en la distancia, sometiendo al toro a su antojo y llevándolo hasta donde él quería. Una cátedra del toreo auténtica. Gran estocada y se le concedieron las dos orejas.

Silveti, tras una tarde aciaga, en la que anduvo sin plan y muy acelerado, toreó con rapidez al segundo y más al quinto, y escuchó pitos. Después, regalaría el toro ‘Aroma de toro’, imponente, como imponente la faena de Diego, que toreó con inspiración y templanza e hizo recordar a su padre, el inolvidable David Silveti. Entre aclamaciones fue indultado el toro, que le infirió una cornada cuando era dirigido hacia los corrales.

Armillita IV se mostró poco experimentado ante el tercero, y mejoró ante el sexto, en una faena con clase, oficio y buen toreo. Una oreja que algunos reventadores le pitaron levemente.

El rejoneador Gamero protagonizó una actuación cumbre con un toro soñado en todos los tercios. Fulminó a la res de un rejonazo que fulminó a la res y recibió las dos orejas y el rabo.

Éxito de Álvaro Lorenzo en Las Matas

El novillero Álvaro Lorenzo cosechó un triunfo rotundo de cuatro orejas y un rabo en el festejo celebrado ayer en la localidad madrileña de Las Matas, en el que los otros dos alternantes, Ginés Marín y Varea, fueron silenciados al término de sus respectivas faenas.

Con lleno en los tendidos, se lidiaron novillos de Montealto, bien presentados y de juego desigual. Los mejores, el primero y, sobre todo, el cuarto, premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. Los otros cuatro tuvieron escasa fortaleza.

El balance fue el siguiente: Álvaro Lorenzo, dos orejas, y dos orejas y rabo; Ginés Marín, silencio y silencio, y Varea, silencio y silencio.

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