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Morrissey enarbola su condición de superviviente en el SOS 4.8

El británico ofrece su merjor versión en la primera jornada del festival murciano, marcada también por las notables actuaciones de Metronomy y The Vaccines

Morrissey, durante su actuación el 1 de mayo, en el festival SOS 4.8, de Murcia.
Morrissey, durante su actuación el 1 de mayo, en el festival SOS 4.8, de Murcia. Xavi Torrent/Redferns (Getty Images)

Puede ser un incorregible narcisista, un vegano cerril hasta lo irritable o un personaje atrapado en el gozne de la autoparodia. Pero cuando Morrissey abre la boca para hacer lo que mejor sabe (cantar), rindiendo honores a su leyenda sin explayarse más de la cuenta en un presente borroso, no queda más remedio que cuadrarse. Irrumpió algo más delgado que en su última visita a España, en octubre pasado. Y tan pronto comenzó su show, en el SOS 4.8, como por ensalmo, se esfumaron los nubarrones de senectud que amenazaban debacle en aquellos controvertidos bolos. Fue todo tan aparentemente sencillo como despachar Suedehead, Stop Me If You Think You’ve Heard This One Before, Everyday Is Like Sunday o una intimidante Speedway y desgranar su endeble último disco no más allá de lo estrictamente necesario: cosas como Istambul o Kiss Me a Lot. Hasta se permitió una The First Of The Gang To Die prácticamente en acústico. Porque él lo vale.

Pero, sobre todo, lo hizo con esa capacidad interpretativa tan superlativa (y las mejores prestaciones vocales que uno le recuerda en sus cinco visitas a nuestro país) que pertenece, directamente, a una era que no tiene visos de volver. Cuando las deidades del pop no dejaban de serlo al bajar de un escenario. Cuando su vida y milagros cincelaban la ética y la estética de sus fans, más allá del goce puntual. Tan solo cuando la proclama acaba por arruinar la estética hizo aguas su directo, como en la burda andanada antitaurina The Bullfighter Dies (impropia del autor de There Is a Light That Never Goes Out) o el explícito muestrario de casquería que, proyectado desde la pantalla, deja las virtudes de Meat Is Murder en un segundo plano. Un par de borrones, en todo caso, en medio de un estupendo set. De los que validan una mitología rock en vías de extinción y sin relevos en el horizonte.

Fue la suya la actuación más repleta de morbo, pero no la más celebrada de entre las que coparon la atención de los más de 30.000 asistentes a la primera de las dos jornadas de la octava edición del SOS 4.8, el festival que convierte el recinto de La Fica de la capital murciana en un hervidero humano. Los británicos The Vaccines también dejaron su pabellón bien alto con ese concepto del rock tan de rompe y rasga que manejan, en el que lo visible de algunas costuras (The Strokes, Arctic Monkeys) ni menoscaba su irresistible efervescencia ni pone en cuestión su derecho a trascender el hype. Pusieron a todo el mundo a bailar, y con razones de peso. Más sutil es lo de sus paisanos Metronomy, tan exquisitos como siempre a la hora de destilar sus primorosas composiciones de pop electrónico, a medio camino entre lo sintético y lo analógico. Sobrados de clase y estilo. Triunfaron aún con menos reservas los jienenses Supersubmarina. Y no porque su fórmula de indie aséptico de última generación suponga precisamente el descubrimiento de la penicilina, sino porque lo defienden con encomiable arrojo e inequívoco poder de sugestión sobre su numerosa parroquia.

La peregrinación entre los tres escenarios principales del SOS deparó más momentos jugosos, aunque más de una vez tuvieran que ser degustados como un frugal picoteo. La inclasificable pero vivificante descarga rock de los murcianos Perro fue uno de ellos. Pero también los contagiosos mantras, entre el kraut y la electrónica planeadora, de los valencianos Jupiter Lion. Dean Wareham y sus Luna, por su parte, sonaron tan inmaculadamente virtuosos como siempre, pero también propensos a esa linealidad que no casa del todo bien con el punto de ebullición que los festivales demandan pasada la media tarde. Y Xoel López volvió a combinar algún himno pop que prodigaba al frente de Deluxe con sus recientes incursiones en sonoridades latinas, con la acostumbrada división de opiniones.

El festival continúa esta tarde noche con las actuaciones de Temples, Lori Meyers, Los Punsetes, FM Belfast o, sobre todo, los norteamericanos The National, su principal reclamo.

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