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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Sin mejoría

A Esperanza Aguirre le gusta definirse como 'maverick' o verso libre dentro del PP, pero ese perfil casa mal con el de presidenta del partido en Madrid

David Trueba

Sería bueno que todos los españoles, antes de precipitarse al proceso electoral que culmina con las elecciones locales del día de María Auxiliadora, se sentaran a escuchar las grabaciones que ha difundido eldiario.es en las que la alcaldesa de Mejorada del Campo recibe las instrucciones del enviado del partido para confeccionar las listas en el municipio. No se trata tan solo de conocer algo tan asumido como que la papeleta electoral se redacta en función de intereses de colocación del personal militante y sin tener en cuenta la filiación, la profesionalidad, la pertinencia o el conocimiento de las personas sobre las cuestiones con que tendrán que lidiar, sino de aproximarse un poco más al tono íntimo de cierta política española. En la grabación concreta, la alcaldesa se ve forzada, por órdenes de arriba, a incluir como número tres en las listas a alguien que ni siquiera conoce, vástago de otra militante de peso, y cuya relación con Mejorada del Campo se limita seguramente a haberla sobrevolado en algún desvío de vuelos desde el cercano Barajas.

A Esperanza Aguirre le gusta definirse como maverick o verso libre dentro del PP, pero ese perfil casa mal con el de presidenta del partido en Madrid. Es algo así como si un general presumiera de antimilitarista. Camina con paso firme hacia la alcaldía de la capital, donde nadie le hace sombra mediática, y es evidente que sus galones le dan autoridad para quitar y poner personas en las listas, desautorizar a la candidata Cifuentes y proponer soluciones a la pobreza que invade la ciudad sabiendo que son inaplicables, pero que le despertarán la simpatía electoral en los sectores más radicales de votantes. Es una líder política que sabe equivocarse cuando la equivocación sirve para sus fines.

La conversación no adquiere relevancia por el asunto concreto ni los nombres particulares, ni siquiera por el hecho de que la alcaldesa haya sido apartada como candidata por no cumplir las groseras exigencias. Son detalles que seguramente facilitan la llegada a los medios de la grabación. Lo interesante es la atmósfera, el modo de operar, la engañifa, la nula corrección de todos los defectos de forma que la ciudadanía aspiraba a corregir con los ligeros vientos de una regeneración que ni llega ni se la espera.

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