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La familia de Nicolás de Lekuona vende en una galería su legado

Guillermo de Osma expone 60 obras, muchas inéditas del fotógrafo surrealista vasco

Fotomontaje de Lekuona de 1937.
Fotomontaje de Lekuona de 1937.

Tenía solo 24 años cuando Nicolás de Lekuona (Ordicia, Guipúzcoa, 1913 - Frúniz, Vizcaya, 1937) murió víctima de un bombardeo durante la Guerra Civil mientras trabajaba de camillero. Pese a su juventud, le dio tiempo a realizar una obra que el paso de los años ha hecho que se le reconociera como uno de los más brillantes vanguardistas de los años treinta, en la estela de Man Ray, Rodchenko, Picabia. Amigo del escultor Jorge Oteiza y del arquitecto José Manuel Aizpurua, dejó montones de óleos, dibujos, collages y, sobre todo, sus entonces revolucionarios fotomontajes, nacidos de su pasión por la fotografía y el cine.

La obra de Nicolás de Lekuona forma parte de las colecciones permanentes de numerosos museos y el Artium de Vitoria o el Reina Sofía le dedicaron hace más de una década exposiciones antológicas, aunque han sido muy pocas las piezas que han salido al mercado. Ahora, la galería madrileña Guillermo de Osma (Claudio Coello, 4) presenta una retrospectiva del artista con una selección de 60 obras que, por decisión familiar están a la venta.

La exposición ocupa todo el espacio de la galería en dos salas. El espacio principal está dedicado a dos de los famosos fotomontajes de Lekuola, pionero en España de la técnica consistente en fotografía de recorta y pega. A su alrededor se extienden los muchos dibujos, pinturas y fotografías que el joven produjo en sus tres años de incesante actividad.

Guillermo de Osma explica que todas las piezas que se exponen están a la venta después de un acuerdo de la familia y por decisión de María Teresa, su única hermana viva, de 94 años de edad. Los precios varían entre los 1.000 y los 20.000 euros, salvo los fotomontajes, que por deseo de la hermana solo pueden ser vendidos a un museo y prefiere que el precio no se haga público. Los fotomontajes de Lekuona están considerados entre los ejemplos más destacables de esta disciplina a nivel internacional. En ellos, recortaba fotografías de deportistas, bailarinas, nadadoras, desnudos femeninos, piernas, brazos, animales, arquitecturas y las pegaba creando composiciones de gran originalidad.

'Cargadores y grúa', 'collage' y tinta sobre papel.
'Cargadores y grúa', 'collage' y tinta sobre papel.

Ismael Manterola historiador y crítico, señala en el catálogo de la exposición que De Lekuona sigue la tradición collagista iniciada por el dadaísmo y continuada por el surrealismo, pero sus fotomontajes poseen una carga poética y una extraña belleza que les hacen destacar del resto. Añade que pese a su juventud y su breve carrera, la fotografía de De Lekuona destaca sobre la del resto de españoles de la época por su modernidad y singularidad porque los escorzos, encuadres cenitales, picados, composición de objetos y juegos de texturas de sus fotografías están cerca de lo que hacía Rodchenko, Moholy-Nagy y la Bauhaus.

Primogénito de una familia acomodada con siete hijos, Lekuona estudió en la Escuela de Artes y Oficios de San Sebastián y a partir de 1932 en la Escuela de Aparejadores de Madrid, donde inició su amistad con Oteiza. En 1935 regresó a San Sebastián y se relacionó con artistas de disciplinas tan diversas como el poeta Lauaxaeta y los pintores Carlos Ribera, Narciso Balenciaga y Jesús Olasagasti. La Guerra Civil le tocó en la zona nacional y se incorporó como voluntario al frente como camillero. Un bombardeo de fuego amigo, al parecer, de pilotos italianos, acabó con una de las carreras más experimentales y sorprendentes de la primera mitad del siglo XX.

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