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La caja tonta

¿Tienen futuro los programas de libros en televisión?

Umberto Eco en el programa 'Página 2', con Óscar López.
Umberto Eco en el programa 'Página 2', con Óscar López.RTVE

Llegan aún ecos del reciente Congreso de Periodismo Cultural en Santander (buenos resúmenes en @elcongreso_ y #periodismocultural) y sorprende advertir que se plantearan en él debates sobre el binomio maldito televisión-cultura, y más específicamente sobre los programas de libros en la pequeña pantalla: ¿por qué no emiten espacios literarios las cadenas privadas? ¿Por qué las públicas apuestan cada vez menos por ellos? ¿Ha de tener audiencia un programa de libros o es un servicio? ¿Por qué ni siquiera quienes hicieron fortuna en el mundo editorial apuestan por él en sus grupos mediáticos? Y la gran pregunta, que regresó al comentarse que la televisión catalana cambia sus programas culturales, también el de libros, por cápsulas informativas: ¿hay que seguir haciendo programas para los convencidos o abrirlos para hacer difusión entre el público menos lector? Dicho de otro modo: ¿programas de libros en televisión o programas tevisivos que hablen de libros? Aún más: ¿tienen futuro los programas de libros con mando a distancia o acabarán siendo todos on line?

El debate, recurrente, viene a reavivar las dos grandes tendencias en este ámbito: la de los 'clásicos', como el mítico Bernard Pivot de Apostrophes y Bouillon de Culture (seguido en España del A fondo de Joaquín Soler Serrano al Nostromo de Ignacio Vidal-Folch, y en Argentina por una veterana -27 años de programa, un hito- como la Cristina Mucci de Los siete locos); y la de los 'populares', con ejemplos conocidos como el chileno El show de los libros, con Antonio Skármeta, y el gran superviviente actual, el Página 2 de Óscar López en TVE, que con siete temporadas sigue siendo el referente peninsular.

En México, donde se han combinado las entrevistas de Cristina Pacheco o Silvia Lemus con espacios alternativos como La dichosa palabra del Canal 22, la televisión on line Rompeviento ha probado Pasiones y obsesiones, un programa sobre el oficio de escribir "para curiosos". Por el camino, otras experiencias abrieron ya el abanico: el argentino Ver para leer, definido por Juan Sasturain como un "programa con libros", y otros del país; el programa de Canal Sur El público lee, en el que Jesús Vigorra se adelantó a la interactividad 2.0.; el catalán L'hora del lector, que marcó con Emili Manzano cinco temporadas en BTV y TV3 y tuvo incluso parodia propia (un 'logro' sólo emulado por Fernando Sánchez Dragó). Hasta un país poco habitual en estos 'avisos', Costa Rica, ha probado sus opciones.

La realidad, aun así, impone sus datos, y dos de los vídeos de libros más vistos en Youtube siguen siendo el 'milenarismo' de Arrabal y el 'He venido a hablar de mi libro' de Umbral. ¿Tiempo de cambiarlo? ¿Más cerca de Pivot o de Oprah Winfrey? ¿Acaso lo que viene tiene más que ver con el 'A Year of Books' del todopoderoso Zuckerberg? Exploren, naveguen y exijan que Groucho Marx no gane, ya saben: "Encuentro la televisión muy educativa; cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro".

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