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En el Despacho Oval por sorpresa

Canal + Series estrena la cuarta temporada de ‘Veep’ “Es diferente interpretar a Selina ahora que es presidenta”, asegura Julia Louis-Dreyfus

La actriz Julia Louis-Dreyfus, en una imagen de la serie 'Veep'
La actriz Julia Louis-Dreyfus, en una imagen de la serie 'Veep'

Damas y caballeros, la presidenta de EE UU, Selina Meyer. “Ya era hora, ¿no?”, dice Julia Louis-Dreyfus de su personaje, la hasta ahora vicepresidenta en la serie Veep, que se convirtió por una carambola al final de la tercera temporada en presidenta y, ahora, en las nuevas entregas que Canal + Series estrena esta noche (23.35), se enfrenta a esa responsabilidad de dar su salto a la Casa Blanca.

“Es diferente interpretar a Selina ahora que es presidenta”, explica Louis-Dreyfus, ganadora de tres emmys por su trabajo en esta serie de HBO, creada por Armando Ianucci (In the Loop), que retrata el día a día de Washington desde la parodia. “Creo que ella tiene que sentir su poder, y el espectador debe sentir que ella lo siente, y saber que ella es la mujer más poderosa del mundo. ¿La parte mala de eso? Su rabia es aún más profunda”, se ríe la actriz.

“Hemos deseado tanto llegar aquí, y ahora que hemos llegado es una pesadilla”, se ríe también Matt Walsh, quien interpreta a Mike, el hasta ahora director de comunicación de Selina, nombrado secretario de prensa de la Casa Blanca. Todo parece positivo en esta cuarta temporada para el equipo de incompetentes que, por sorpresa, ha logrado llegar al Despacho Oval y al que se unirá, en un papel aún secreto, Hugh Laurie (House). Pero si eran ya un desastre trabajando desde la vicepresidencia, su caos solo puede multiplicarse al mismo ritmo que crece su exposición mediática.

“He hablado con Obama y la serie le gusta”, comenta la protagonista

“Ahora el riesgo a que todo salga mal es mucho más alto”, dice Walsh. “Además, el acceso a Selina es mucho más complicado: tiene más gente a su alrededor, más reuniones… No vamos a poder ver a mamá tanto este año”.

Julia Louis-Dreyfus es el alma delante de las cámaras. Su Selina es una líder ambiciosa, egoísta y siempre en el límite entre la excitación y la rabia, a la que siguen ciegamente un grupo de subordinados que se sentirán perdidos con su nuevo papel. Pero la actriz también es la líder de este reparto detrás de las cámaras. “Ella es quien marca el tono de la serie en los ensayos”, explica Timothy Simons, cuyo personaje (Jonah) es el mayor receptor de los famosos insultos de la ficción, que se han convertido en virales en Internet.

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“Para mí es muy importante que todo el mundo se lo esté pasando bien y se esté divirtiendo”, dice Julia Louis-Dreyfus, surgida del Saturday Night Live y famosa por Seinfeld. “Es algo que me tomo muy en serio, porque, si no, no va a ser divertido para el público”. Y tampoco sería, dentro de los límites de la parodia, creíble.

Entre todas las series políticas de esta nueva ola que ha invadido la televisión —House of Cards, Homeland o Scandal—, Veep es la única que se acerca a la trastienda de Washington desde la comedia, pero eso no significa que sus personajes no puedan vivir situaciones sino reales, al menos posibles. “Probablemente, hace 20 años hubiera resultado casi imposible hacer una serie con una mujer como presidenta. Aunque esperemos que nunca sea Selina Meyer en la vida real. Yo nunca la votaría”, resume Louis-Dreyfus, quien no quiere compartir su opinión sobre Hillary Clinton, aunque sí reconoce haber “hablado con Obama y la serie le gusta”.

A diferencia de House of Cards, Veep pone el foco en los trabajadores del día a día para que sus historias puedan extrapolarse más allá de Washington. “Hablamos de las cosas humanas que rodean a la política, que no tienen por qué cambiar de país a país o de mandato a mandato”, dice Anna Chlumsky, directora de campaña de Selina, uno de los argumentos importantes de la temporada. De hecho, Louis-Dreyfus encuentra su inspiración en el mundo del entretenimiento. “Es como el mundo de la política”, explica. “Entiendo perfectamente lo que hay delante y detrás de la cortina; es el mismo sentimiento de desesperación por mantenerse viva”.

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