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Matar a Santiago Nasar

Los 'spoilers' literarios, ¿penitencia o bendición?

Fotograma del final de 'El imperio contraataca', uno de los mayores 'spoiler' del cine.
Fotograma del final de 'El imperio contraataca', uno de los mayores 'spoiler' del cine.

¡Ojo, spoiler! Ya saben: Bruce Willis está muerto, Darth Vader es el padre de Luke, en el planeta de los simios renace un símbolo estadounidense... Claro que, tras el cine, llegaron las series: en Lost estaban todos muertos, en Juego de Tronos los padres mueren rápido, en The Walking Dead mueren y renacen sin parar zombies y símbolos estadounidenses... Que los célebres spoilers, incluidos los literarios, no siempre destripan tanto como parece lo ha demostrado recientemente, con humor y brillantez, el historietista canadiense John Atkinson, cuyos gloriosos memes Shakespeare spoilers y Jane Austen spoilers se han convertido con justicia en virales. Y en cuanto al debate, ya viejo, sobre si los spoilers son positivos o negativos -o, ya que estamos en Semana Santa, si son una penitencia o una bendición para el navegante-, nada ha cambiado al parecer desde que en 2011 la Universidad de California dictaminó, a partir de relatos de Agatha Christie, John Updike y Roald Dahl, que los lectores que conocen el final disfrutan más de la lectura (algo que ya probaron, por cierto, Dostoievski con Crimen y castigo y Gabriel García Márquez con el arranque de su Crónica de una muerte anunciada, quizá dos de los mayores spoilers de la historia de la literatura). Frente a los que legitiman el spoiler como una forma de la nueva cultura de la participación en red, además de una técnica de márqueting que no hace más que renovar las filtraciones de toda la vida y una defensa de la lectura y el visionado inteligentes, también hay sin embargo quien sigue exigiendo con justicia su derecho a la inocencia. Así, aparecen casi a diario campañas de blogueros literarios libres de spoilers, aplicaciones para ocultarlos convenientemente e incluso normas de la llamada 'netiqueta', es decir, la etiqueta en internet que ruega a los trolls no fastidiar a nadie reventádole el final. Es conocido que un profesor de matemáticas francés, rizando el rizo, llegó el año pasado a convertir el spoiler en un eficaz castigo. En el lado opuesto, el actor Michael Kelly, Doug Stamp en House of Cards, acaba de dar a su vez una respuesta ejemplar para distinguir entre buen y mal spoiler, perfectamente aplicable al mundo de los libros. En el Huffington Post, además, han llegado a recopilar 28 spoilers literarios, correspondientes a otros tantos 28 finales célebres. Y uno de los mejores podcasts sobre ciencia ficción y fantasía, formado por autores y prescriptores de prestigio, lleva el explícito apelativo The Spoiler Club. Sin contar, claro, las comunidades que juegan con el término de moda al googlear cualquier producto cultural (prueben a poner 'Facebook + spoiler + Coelho' y prepárense para el gag, extensible a otros autores). Resumiendo, que si quieren explorar y navegar en Semana Santa sobre el tema, harán bien en recordar que estos días celebramos el spoiler más representado de la humanidad. ¿O acaso alguien no sabe cómo acaba la vida de Jesucristo? ¿No lo sabía incluso él mismo? Ah, los spoilers. Qué cruz, Señor, qué cruz...

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