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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Abyección

Si resulta transparente que el señor Pérez reinará en su imperio hasta que a él le dé la gana, no está nada claro que su colega en la presidencia del Barcelona pueda decir lo mismo

Carlos Boyero
Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona
Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona

Es dudoso que la oratoria de Florentino Pérez se haya inspirado en la de Cicerón, pero tampoco la ha necesitado para hacerse rico, poderoso, presidente del Real Madrid y ¿feliz? Imagino que dispone de cultivados y vehementes escribanos (poetas, desde luego, no son) para que redacten sus profundos discursos y sus conferencias de prensa. Leí que después de una de ellas, contestando a las aviesas preguntas de los periodistas, su parlanchín subconsciente o su certeza de que la subversión pretende minar su intocable imperio (perdón, el de los socios) hizo esta antológica denuncia: “Muchos medios son del Madrid, pero no todos. Aquí estoy diciendo la verdad, porque hay medios que mienten”.

Deduces que esa falacia tan cómica de que los medios son independientes y están al servicio de la verdad, no es del todo creíble. Según él, resulta imperdonable que algunos no lo sean. Y, por supuesto, los que escapan a su control, los que no son hooligans excelentemente compensados al servicio del mejor club del mundo (qué mareo da ese permanente, clónico y agotador autobombo de la supremacía) se dedican a mentir.

Si resulta transparente que el señor Pérez reinará en su imperio hasta que a él le dé la gana y que solo dejará el trono si le ataca la depresión por sentirse incomprendido o harto de los desagradecidos que cuestionan su divina y filantrópica jefatura de ese equipo ganador que otorga sentido a la existencia de tantos ciudadanos perdedores, no está nada claro que su colega en la presidencia del Barcelona pueda seguir en el trono hasta que le dé la gana. Entre otras razones, porque es improbable que pueda presidir un equipo desde el trullo, si la insidiosa justicia sigue cebándose con él y con Rosell, por un presunto e imagino que calumnioso escaqueo a la Hacienda pública.

De cualquier forma, además de ineficaz, que abyección estética y ética, la declaración en el juzgado del pulcro y sensato Bartomeu (ay del seny, esa virtud indisociable de Jordi Pujol) asegurando que fue el difunto Vilanova el que aconsejó o exigió el fraudulento fichaje de Neymar. Seguro que es un siniestro montaje de los medios que mienten, ya que muchos medios son del Barcelona, pero no todos. ¿Qué pensará el ejemplar Del Nido de esta movida?

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