_
_
_
_
_

Como Paco no hay ninguno

"Poder contribuir a expresar visualmente la poética musical de grandes artistas es una de las cosas más gratificantes que un comunicador visual puede obtener"

Vídeo: Igloofilms

Como diseñador gráfico, melómano y coleccionista de música, dos son las sensaciones que uno tiene. La primera es el inevitable sentimiento de que uno ha nacido en una mala época para el diseñador de portadas de discos. Por razones obvias y en las que aquí tiene poco sentido profundizar. La segunda es la necesidad y anhelo de trabajar con grandes músicos.

Poder contribuir a expresar visualmente la poética musical de grandes artistas es una de las cosas más gratificantes que un comunicador visual puede obtener. Cuando uno tiene la ocasión (por otra parte, cada vez más escasa) de sentarse con un músico y que este le transmita qué está intentando conseguir con ese disco, uno siente la música de manera distinta. Es, por tanto, capaz de expresar visualmente de manera más certera la intención musical. Eso hace el trabajo de uno mucho más fácil. La música se defiende de manera personal, sigue siendo así hoy, y es esencial que el artista se sienta representado en la portada.

Tengo la gran suerte de haber trabajado y forjado amistades con algunas personas que han contribuido (desde el profundo amor por la música) al desarrollo y supervivencia de la industria musical de nuestro país. Algunos de ellos, músicos reconocidos, otros, gente maravillosa, anónima para el público que han creído y confiado en mí en numerosas ocasiones. Eso, me ha dado oportunidades profesionales en la música, que valoro y disfruto inmensamente. Uno de esos músicos y amigos es sin duda Javier Limón. Es de su mano, que empieza mi “relación” con Paco de Lucía.

El agua es algo indomable, y expresa el extraordinario control que este autor tenía de lo incontrolable

En una ocasión, hace ya unos cuantos años en una conversación telefónica, y hacia el final de esta, Javier me dijo: “Por cierto, he estado hablando de ti con Paco de Lucía, igual te llama”. Mi respuesta fue inmediata: “Javi eres cojonudo, pero como Paco no hay ninguno”. Él soltó una de sus carcajadas, sabedor de mi admiración por el genio, y colgamos el teléfono.

Lo cierto es que creo que pasaron casi dos años antes de que sonara el teléfono. En esta ocasión fue una voz afable con un ligero acento latinoamericano que se identificó como Gabriela, la mujer de Paco de Lucía; y con ella es con quien trabajé estrechamente para el disco Canción andaluza. Ella me transmitía de una manera muy detallada, pero respetuosa, las preferencias de Paco. De esta forma, yo sentía casi como si fuera él el que hacía los comentarios y apreciaciones por el trabajo. Un viernes escogieron la portada y así me lo comunicaron. Al lunes siguiente, amanecimos con la trágica noticia de su fallecimiento. Así que tuve la dicha de trabajar con Paco de Lucía pero nunca de llegar a conocerlo.

Es por esto por lo que cuando me contactaron para diseñar la portada de este tributo al gran Maestro, no dudé un segundo en formar parte de esta ocasión única de expresar visualmente lo importante que para músicos y aficionados a la música ha sido la obra de este genial creador.

Fue ese pensamiento y el título del disco Entre 20 aguas que a mi equipo y a mí nos hizo pensar lo siguiente: El agua es algo indomable, escurridiza por definición y expresa como nada el extraordinario control que este autor tenía de lo incontrolable.

Nos preguntamos: ¿Y si pudiéramos hacer su perfil con agua? Sentíamos que una foto no tenía sentido en este tributo. No es un disco de Paco de Lucía. Pero tiene sin duda uno de los perfiles más reconocibles de la música española y si pudiéramos controlar el agua, explicaría como nada ese respeto, ese amor y ese sentimiento que su música nos ha hecho sentir en innumerables ocasiones. Al igual que en sus creaciones, intentamos construir su retrato de manera natural, “analógica”, en una era en la que hubiera sido fácil generar esta imagen con tecnología 3D. Creímos que era esencial conseguir controlar las formas del agua para que dibujara su perfil de manera real. Tras muchas pruebas y varios errores, mi equipo consiguió plasmar a Paco de Lucía con agua. Es entonces cuando nos dimos cuenta que tan bello era el resultado, como el proceso por el que el agua se reorganizaba para construir su rostro.

Volvimos a Javier Limón para explicarle la idea y pedirle que hiciera una pieza cortísima que musicalizara las imágenes de la composición de su retrato. Así pues, de la mano del realizador Álex Julià, el director de fotografía Pau Català y el fotógrafo Roc Canals, nos dispusimos a filmar y fotografiar esta imagen. A nuestro modo de ver, esta portada expresa como mejor sabemos el hecho de que cada uno de nosotros, amantes de la música, artistas y gente de la industria, somos ínfimas gotas de entre esas 20 aguas que lloran la pérdida del gran Maestro.

Gracias Paco de Lucía por tu música, y gracias por creer en mí, aunque nunca te conocí.

Créditos del vídeo | Productora, Igloofilms; realizador, Alex Julià; director de fotografía, Pau Català; montador, Andrés Gil; postproduccion, José David Alonso; tipografía principal, Zarzuela (Carles Rodrigo); dirección de arte y diseño gráfico Mucho; música, Javier Limón.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_