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“El Valle de los Incas es un lugar que me inspira”

El cocinero peruano Gastón Acurio responde al carrusel de preguntas de este diario

Sally Palomino
El chef peruano Gastón Acurio .
El chef peruano Gastón Acurio .

Gastón Acurio (Lima, 1967) asegura, sin temor a equivocarse, que la cocina logró unir a todos los peruanos. Tal vez por eso, como él mismo dice, se ha dedicado a “peruanizar al mundo” con la oferta gastronómica que explora los sabores de la cocina de su país y que ofrece en sus restaurantes. Ahora, con la campaña Salva los océanos y alimenta al mundo, Acurio se ha unido a otros reconocidos cocineros para promover el consumo responsable del pescado.

¿Cuál es el último libro que le hizo reír a carcajadas?

Si no lo recuerdo es porque no debió ser muy gracioso.

¿Qué libros están normalmente en su mesa de dormir?

El arte de la guerra, de Sun Tzu; En busca de un mundo mejor; de Karl Popper, y Trilce, de César Vallejo.

¿Qué música le sirve para cocinar?

Mis tarareos, que varían según mi ánimo y la receta.

¿Con quién le gustaría sentarse en una fiesta?

Con la que me imagino que huiré de la fiesta.

¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?

Lima, con su locura, con sus desafíos, con todos sus sabores.

¿Cuál es el mejor consejo que le dieron sus padres?

Cuando estés listo, vuelve a tu país a devolverle todo lo que te dio.

¿Qué le deja sin dormir?

Mis terribles sentimientos de culpa. Tuve una educación muy católica.

¿Lo último que compró y le encantó?

Un kilo de lomos de bacalao, en el corazón del casco antiguo de San Sebastián.

¿La última comida que realmente le sorprendió?

Pakta, en Barcelona. Albert Adriá y Jorge Muñoz están haciendo magia.

¿La última música que descargó?

Should I Stay or Should I Go, de The Clash.

¿Cuál es el espacio favorito de su casa?

De lejos, mi cama. Tengo una guarida en el techo, pero prefiero mi cama.

En su nevera siempre hay...

Una lata de sardinas a medio abrir, tres salsas de ají, un queso serrano, una botella de agua con gas, una palta, tres tomatitos y pan.

¿Algún sitio que le inspira?

El Valle Sagrado de los Incas. Camino a Machu Picchu. Es un lugar subversivo. Te retiene, te agita, te sacude y luego te hace dormir.

¿Qué le asusta?

Ese lado malo del ser humano que todos llevamos dentro.

En una fiesta de disfraces ¿de qué se disfrazaría?

No iría jamás. El miedo al ridículo me paraliza.

¿Con quién le gustaría quedar atrapado en un ascensor?

Mejor me callo.

¿Dónde no querría vivir?

En el país de la intolerancia, donde todo lo desconocido sabe mal.

¿Qué es un buen fin de semana?

Disfrutar en familia y amigos pero sin planes, ni casas de playa ni destinos. Que venga lo que venga.

¿Qué lugar recomienda para comer?

La Picantería, en Lima. Allí se encuentran todos los sabores precisos.

¿Qué le reprochan sus amigos?

Que me voy por la estratosfera en plena conversación. Y sí, solo que me voy y vuelvo.

¿Cuál es su especialidad en la cocina?

Guisar lenta y suavemente.

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Sobre la firma

Sally Palomino
Redactora de EL PAÍS América desde Bogotá. Ha sido reportera de la revista 'Semana' en su formato digital y editora web del diario 'El Tiempo'. Su trabajo periodístico se ha concentrado en temas sobre violencia de género, conflicto armado y derechos humanos.

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