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El humorista Pedro Reyes muere a los 53 años

El cómico era una de las figuras del humor absurdo y la sátira en España

Gregorio Belinchón
Una foto de Pedro Reyes de 2006.
Una foto de Pedro Reyes de 2006.PROMOCIÓN

Con la muerte de Pedro Reyes (Tánger, 1961), de infarto de miocardio a los 53 años en Valencia, desaparece uno de los grandes cómicos españoles, el hombre que defendió el humor absurdo en tiempos más dados a la simplicidad. No fue el primero (Tip y Coll ya habían sembrado esa semilla en el imaginario televisivo español) ni el mejor —ese lugar del podio es para Faemino y Cansado—, pero su dúo con Pablo Carbonell, el mítico Pedro y Pablo, marcó en los ochenta a la generación de la EGB. Y fue gracias al ojo de la periodista de EL PAÍS Rosana Torres, que los fichó para el programa de televisión El carro de la farsa. Torres recuerda: “Eran unos disparates de seres, hacían un humor absurdo y muy inteligente que en aquellos años no se veía en la calle. Los descubrí en el Retiro, donde tras cada actuación pasaban la gorra”. Torres les dedicó un El carro de la farsa y así se hicieron populares.

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Aunque nacido en Tánger, Reyes vivió desde niño en Huelva (la ciudad natal de su madre), donde conoció al gaditano Pablo Carbonell (él fue quien vía Twitter anunció ayer el óbito): ambos empezaron juntos en 1977 en el grupo de teatro Centuria y con 20 años se fueron a Sevilla, ya como Pedro y Pablo. En 1982 se mudaron a Madrid, Torres apreció su talento y aparecieron de forma continua en La bola de cristal. La televisión multiplicó su fama: en 1989 Pedro copresentó Pero, ¿esto qué es?, y después fue uno de los humoristas —junto al señor Barragán, Paco Aguilar, Marianico el Corto o Manolo de Vega— que intentaban sacar de quicio a los concursantes de No te rías que es peor. Allí contó el, según YouTube, mejor chiste de la historia e hizo popular la coletilla “porfavó, porfavó”.

Reyes fue mucho más. Hizo sátira política teatral y monólogos de humor por toda España, actuó en el cine en El año de las luces, en los dos Makinavaja, en Los invitados, Atraco a las tres... y media, Sé infiel y no mires con quién, La duquesa roja, y en la única película que ha dirigido Carbonell, Atún y chocolate. En 2013 escribió y dirigió dos obras de teatro, Las hermanas Wuachosky y Sapore di Amore. Y en la televisión se dejó ver en El club del chiste y El club de la comedia.

Estaba previsto que actuara en el programa de Cuatro Sopa de ganso y en Málaga se han cancelado las representaciones de la comedia Taxi, que protagonizaba con Josema Yuste y Felisuco.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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