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CÁMARA OCULTA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Movilidad exterior

Se están sucediendo películas que hablan de nuestros problemas, de lo que nos está ocurriendo, lo que sólo esporádicamente se había tratado en el cine español de los últimos años. Ha estallado ahora en la taquilla Perdiendo el norte, una comedia romántica con líos de pareja, que entre bromas simpáticas y algún humor de brocha gorda habla de la forzada emigración de los componentes de la generación perdida, "la mejor preparada de toda la historia", una fuga masiva de jóvenes que la ministra Fátima Báñez calificó con sorprendente desparpajo como "movilidad exterior". Y no es Perdiendo el norte la única película que habla de ello, además de referirse igualmente a los desahucios y la corrupción reinante. Antes lo hizo Jaime Rosales en su amarga Hermosa juventud y, entre otros, Icíar Bollaín en el duro documental En tierra extraña.

La realidad llama a las puertas del cine. Ahí están las recientes comedias 8 apellidos vascos y El negociador, y muy pronto el drama amoroso que Imanol Uribe cuenta en Lejos del mar, referidas las tres, directa o indirectamente, al llamado conflicto vasco. Y en cuanto a la corrupción que nos invade, ya sin Berlanga y su serie sobre "la escopeta nacional", otros han tomado la antorcha, quizá con menos humor porque el horno no está para bollos, pero sí con energía: 5 metros cuadrados, Amor propio… Y sobre la tragedia del paro: Los lunes al sol, Pídele cuentas al Rey, Somos gente honrada… La situación actual está dando muchos temas a los guionistas. Hace años la censura lo impedía y a pesar suyo se colaban reflejos de la realidad, distorsionados a veces como, por ejemplo, en Vente a Alemania, Pepe, a la que Perdiendo el norte hace clara referencia a través del personaje que interpreta José Sacristán. En aquella película era el cantamañanas que alquilaba un Mercedes para dar envidia a los de su pueblo, Peralejos, cuando regresaba allí de vacaciones; ahora es un viejo con alzhéimer que vive en Berlín abandonado de su familia. En los años sesenta emigraban los obreros, en el siglo XXI son los jóvenes con estudios. La movilidad exterior de la ministra.

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