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El soul que resistió el racismo, pero no a los gánsteres

La historia del sello Stax, como señala Robert Gordon, es también la historia por la libertad y los derechos civiles

Si hay un nombre que identifica el alma, corazón y vida de la música soul este es el del sello Stax. Mientras al norte de Estados Unidos, a la ciudad de Detroit, el productor Berry Gordy iluminaba con su varita mágica el frente más pop de la música negra —para consumo del oyente blanco—, al sur, en Memphis, dos hermanos de raza blanca, Jimmy Stewart y Estelle Axton, iniciaban a finales de los años cincuenta una historia discográfica que acabaría transformando la música popular y forjando uno de los grandes géneros del siglo XX. El sello Stax, junto con los estudios Sun y Graceland, la casa encantada de Elvis Presley, conformarán en el futuro la ruta imprescindible de Memphis para mitómanos, fruidores del kitsch y estudiosos de la historia musical.

Esta historia en que se cruzan nombres legendarios, derechos civiles, segregación racial, éxitos y corrupción es la que el escritor Robert Gordon ha hilvanado en Respect Yourself: Stax Records and the Soul Explosion. El libro recorre la tumultuosa historia del sello —que había merecido otros estudios como el de Rob Bowman y su imprescindible Soulsville, USA. The Story of Stax Records­— desde su acta de nacimiento, sus primeros reconocimientos, Booker T. and MG, la edad dorada señalada por nombres como Otis Redding, Sam and Dave, Rufus Thomas, Staple Singers, Wilson Pickett o Isaac Hayes, la última estrella de la casa que de alguna manera señalará los excesos, ascensión y decadencia del sello.

Isaac Hayes.
Isaac Hayes.

En 1972 se celebra el Festival Wattstax en Los Ángeles, el llamado Woodstock de la música negra, con la participación de las estrellas del sello Stax. Para entonces había desaparecido Otis Redding y la muerte de Luther King en Memphis había hecho saltar por los aires aquel oasis racial —“el racismo nunca traspasó la puerta de la discográfica”, señala el guitarrista Steve Cropper— en una sociedad segregacionista. Pero no serán los problemas raciales lo que terminarán acabando con el sello Stax: fraudes fiscales, corrupción, investigaciones del FBI por gansterismo marcarán su final mientras pierde sus fondos discográficos en medio de disputas legales.

La historia del sello Stax, como señala Gordon, es también la historia por la libertad y los derechos civiles.”El racismo es la arenilla donde han crecido las perlas musicales de Memphis”.

Respect Yourself: Stax Records and the Soul Explosion. Robert Gordon. Bloomsbury. EE UU, 2015. Paperback. 448 páginas. 14,86 dólares.

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