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Una delicia firmada por Natalie Prass

El resultado es magnífico. La orquestación -con cuerdas, arpas, vientos y metales- evitan lo ampuloso y suenan atemporales

Mathew E. White pretende que su sello, Spacebomb, sea más que una etiqueta. Los cuatro discos, incluidos dos propios, que ha editado hasta ahora han sido grabados en el estudio de la casa, en Richmond, Virginia, por los músicos de la casa y producidos por él con gusto y meticulosidad artesana. El más claro ejemplo es esta delicia firmada por Natalie Prass, amiga de la infancia de White, que se mudó a Nashville para labrarse una carrera sin lograrlo y recurrió a él para dar salida a un puñado de canciones compuestas en 2009 tras una ruptura sentimental. Las grabaron en enero de 2012 White ha estado trabajando en el álbum hasta 2014. El resultado es magnífico. La orquestación -con cuerdas, arpas, vientos y metales- evitan lo ampuloso y suenan atemporales, meciendo la voz de princesa Disney de Prass y mejorando canciones que da la impresión de que por sí mismas no hubieran destacado.

Natalie Prass. Spacebomb/ Music As Usual

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