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España ‘echa’ al cine internacional

Los productores denuncian falta de seguridad jurídica y tardanza en el plazo de devolución en los incentivos fiscales para rodajes de grandes producciones

Rocío García
Matthew Fox, en la película 'Extinction', de Miguel Ángel Vivas, una producción española que se rodó en Hungría.
Matthew Fox, en la película 'Extinction', de Miguel Ángel Vivas, una producción española que se rodó en Hungría.

Ágora, la última película de Alejandro Amenábar, se rodó en Malta en 2008. A los seis meses de finalizar el rodaje, los productores españoles tenían ingresado en sus cuentas bancarias los cuatro millones de euros con los que el estado de Malta beneficiaba entonces a las producciones cinematográficas internacionales que eligen ese país de poco más de 400.000 habitantes como lugar para rodajes de películas extranjeras. Hoy hubieran recibido cinco millones de euros. Emma Lustres, productora de Extinction, dirigida por Miguel Ángel Vivas, recibió de Hungría, país en el que se rodó esta película española a principios del año pasado los cerca de 500.000 euros que le correspondían según la normativa vigente en dos plazos: el primero a los tres meses de finalizar los trabajos en Budapest y el segundo a los seis meses.

Fueron dos de los ejemplos que salieron a relucir ayer en la II Conferencia sobre la Economía de los Rodajes en España (Incentivos fiscales a rodajes internacionales) que organizó con gran alharaca y entusiasmo el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas junto a la Spain Film Comission, institución cuya finalidad es atraer a España grandes producciones internacionales, cuyo impacto económico y turístico en nuestro país está todavía por demostrar, pero que en países europeos de nuestro entorno ya conocen los beneficios de esta iniciativa, tras aplicar una decidida política de incentivos fiscales. Desde el 1 de enero de este año, España se ha unido al club de los países que aplican incentivos fiscales a rodajes de películas extranjeras a través de una modificación en la ley reguladora del Impuesto sobre Sociedades, por la que se establece una deducción de un 15 % de los gastos realizados en territorio español cuya inversión tiene que alcanzar un mínimo de un millón de euros. El importe de esta deducción no podrá superar nunca los 2,5 millones de euros por cada producción realizada ni el 50 % del coste total de la película. Estas cifras aumentan en el caso de las islas Canarias (un 35 % de deducción y un límite de 4,5 millones de euros) y también de Navarra.

La euforia y el optimismo de los responsables políticos y técnicos del Ministerio de Hacienda por “esta medida histórica” se vinieron pronto abajo según iba avanzando este encuentro que reunió a más de 200 profesionales del sector. Los productores, conocedores de estas entretelas, tomaron la palabra y denunciaron, como José Luis Escolar, productor ejecutivo de potentes títulos internacionales, la absoluta falta de seguridad jurídica y la demora en el pago en la devolución de estos incentivos fiscales. Todo ello delante de los técnicos de Hacienda, sobre los que cayó un jarro de agua fría. “La falta de seguridad jurídica que implica en el que no estén definidos los gastos de los que uno puede deducirse y el no saber cuando uno puede recibir esa cifra hace imposible competir con los países de nuestro entorno. ¿Cómo voy yo a convencer a productores de Hollywood que vengan a rodar aquí en España, país al que adoran y que tiene unas posibilidades enormes cuando van a tardar un año y medio en cobrar lo establecido? Nuestro 15 % es un caramelito que no puede competir con países como Francia, el Reino Unido, Alemania, Hungría, Malta o Colombia”. Y más ejemplos salieron a relucir. El Reino Unido, que no establece ningún límite en cuanto a la cifra que uno puede recibir por rodar allí, acoge un 8 % de las producción mundial.  Frente al límite de los 2,5 millones de euros en España, la cifra que se puede alcanzar en Francia es de 20 millones. Por no hablar de países como Malta, el precursor en adivinar las excelencias de los incentivos fiscales a producciones extranjeras. España no figura ni en el estudio que el Observatorio Europeo ha realizado sobre este tema. La subdirectora de Hacienda, Begoña García, quiso tranquilizar a los productores y mostró su disposición para cualquier duda que les pudiera surgir.

El “león dormido” del que habló Carlos Rosado, presidente de la Spain Film Comission, para referirse al potencial español, de momento sigue dormido.

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