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cámara oculta
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

A vueltas con los Goya

Hablando de la última ceremonia de los Goya, Paco León y Juan Antonio Bayona comentaban en un coloquio de la Sexta cómo, por su labor de presentadores de un premio, fueron acosados en la llamada alfombra roja. Bayona decía que los periodistas no le preguntaban sobre temas relacionados con el cine sino sobre la actualidad política, y Paco León contó cómo varias agrupaciones le pidieron que se hiciera eco de sus reivindicaciones cuando estuviera en el escenario: empleados de Coca-Cola o de RTVE, pacientes de hepatitis C en demanda de medicamentos... “gente que necesitaba tener voz y pedía que te hicieras eco de su causa”, y el actor y director resoplaba hecho un mar de dudas: “No se sabe cómo acertar”… Es el eterno debate.

Aunque el tema de los Goya ha sido ya superado por la actualidad de los inminentes Oscar, toca decir que recibí muy cordialmente protestas oficiales tras haber comentado en este espacio la pasada semana que en la ceremonia de los Goya no le dejaron improvisar en el escenario al actor Carlos Areces porque así lo señalaba el acuerdo para cesión de imagen que TVE exige firmar a todos los participantes, y Areces no había querido firmarlo. La Academia precisa que a nadie se le prohíbe taxativamente hablar pero que es mejor que los presentadores de premios se limiten a esa labor y no metan morcillas con gracietas que con frecuencia carecen de gracia, y que además alargan la ceremonia hasta más allá de lo que ya dura, es decir hasta el infinito. No es ese su momento de gloria sino el de quienes reciben los premios. Estos, por su parte, son libres a la hora de los agradecimientos aunque se les pide brevedad, algo que, por cierto, no todos saben entender. Bien, si rectificar es de sabios, rectificado queda.

No sólo en los Goya ha habido intervenciones críticas con los gobernantes, en los Oscar también hubo protestas por la guerra de Irak. Susan Sarandon y Tim Robbins fueron de los que más padecieron haberse manifestado en ese sentido. Recibieron amenazas, fueron prohibidos en varios actos, pero también recibieron aplausos. “¿Cómo se han atrevido a prohibirles?”, comentó indignado alguien tan poco sospechoso de izquierdismo como Clint Eastwood. Y otro, Kevin Costner, confesó que “el tipo de coraje de Tim y Susan es el que hace funcionar nuestra democracia”.

Parecido a lo que opinaban en el antes citado coloquio televisivo el actor Antonio de la Torre y la productora Emma Lustres. Somos ciudadanos a los que nos ponen un micrófono y podemos comentar lo mismo que la gente hace en los bares o las farmacias. Este año fue una gala más light pero se trataba de celebrar el éxito que el cine español ha tenido durante el año. No ha habido hasta ahora muchas ocasiones para hacerlo… Así pues, toca esperar a los Oscar, aunque allí, como dice Susan Sarandon, hay más miedo que en Europa: "Cuando expresas opiniones políticas o sociales sobre todo si difieren del parecer mayoritario, en Hollywood te condenan a una especie de ostracismo”.

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