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PERIODISMO

"El negocio sigue siendo el periodismo de calidad"

Jill Abramson, ex directora del diario The New York Times, dicta una conferencia en Madrid sobre los desafíos de la profesión periodística.

Un día después de haber sido despedida como directora del periódico The New York Times, en mayo de 2014, Jill Abramson fue al gimnasio que se encuentra junto a su casa, se puso los guantes de boxeo y comenzó a pegarle con rudeza a un enorme saco negro. Su hija Cornelia le hizo entonces una foto, que enseguida la subió a su cuenta de Instagram con la frase Mom´s badass new hobby. Unas semanas más tarde, quien fuera la primera mujer en dirigir el gran referente del periodismo internacional (“¿cuándo dejaremos de decir la primera mujer que…?”) pronunció un discurso en la graduación de los alumnos de la Universidad de Wake Forest (Carolina del Norte), en el que dio un consejo para todo aquel que haya perdido algo (un trabajo, un amor, una ilusión…): “demuestra de qué estás hecho.”

Luego volvió a la Universidad de Harvard, de la que fue alumna, y comenzó a impartir clases de Historia del Periodismo y Periodismo Narrativo, con el firme propósito de “convertir a los nuevos periodistas en los mejores contadores de historias del mundo.” Ella lo ha sido en diarios como The Wall Street Journal y el propio The New York Times. Así que por eso, la mañana de este jueves, la mujer que cumplirá 60 años el próximo mes y que en breve echará a andar su propio medio de información, donde sólo se publicarán unos cuantos reportajes de largo aliento al año, “bien pagados a sus autores”, dijo en una conferencia magistral: “la gente sigue leyendo historias largas, siempre y cuando estén bien investigadas, bien contadas y presentadas de manera atractiva, aprovechando el lenguaje multimedia. Y esa gente está también dispuesta a pagar por ello. Por eso digo que nuestro negocio sigue siendo el periodismo de calidad.”

Abramson llegó a Madrid invitada por la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra y la Fundación Rafael del Pino, para participar en el ciclo “Conversaciones con…”, organizado para reflexionar sobre los desafíos de la profesión periodística. Ante un auditorio abarrotado (“parece que hemos venido a ver al mesías”), la periodista recordó que desde siempre los seres humanos hemos tenido el anhelo de que nos cuenten historias. “En 1840 se esperaban con ansia los barcos que traían la nuevas entregas de la las novelas de Charles Dickens. En las pasadas Navidades, muchas personas en Estados Unidos esperaban con impaciencia el siguiente capítulo de una serie sobre asesinatos antiguos que hizo el Baltimore Sun. Ya lo ven: los viejos seriales siguen siendo lo nuevo”, puntualizó con media sonrisa.

“No debemos centrarnos en si habrá papel o no. Lo más importante es centrarnos en el periodismo de calidad."

La reportera que se despidió del diario que dirigió con un reportaje sobre personas atropelladas por coches, como ella, debido a la velocidad máxima permitida en Nueva York, contó que el éxito de las historias por entregas está garantizado. “Para el Times hice el relato serial sobre una avalancha de nieve que causó algunos muertos en el estado de Washington. Era una historia humana y de aventuras. Pero también con aspectos científicos: ¿por qué se producen las avalanchas?, ¿su reciente abundancia forma parte de los efectos del cambio climático? Se la ofrecimos al público, además, en un formato multimedia: textos, fotos, vídeo. Y esto nos hizo saber que una historia bien construida, bien contada, funciona. Por eso hay que invertir en las investigaciones largas.”

Jill Abramson se mostró preocupada por el “estrechismo de miras técnicas” que hay en las universidades. “Cada vez hay menos gente en las carreras de Humanidades. Todos se apuntan a Informática y Economía. Porque hoy parece que ya no se estudia por el placer de aprender. La gente quiere sólo obtener un trabajo gracias a su formación. Es algo lícito, sí, pero el ser humano debe aspirar a algo más.” Habló también sobre el peligro de la censura y la autocensura en los medios de información. “En la actualidad hay varios impedimentos para publicar documentos importantes, como ha ocurrido con las filtraciones de Snowden. En Washington me dicen que hoy el ambiente es muy difícil, en ese sentido, para que los periodistas realicen su trabajo. Y en China, el gobierno tiene bloqueada la página del New York Times. Lo mismo han hecho con Bloomberg, por cierto. Y luego está la autocensura, como se ha demostrado ahora con la listas de cuentahabientes de HSBC en Suiza. Son pocos los que se han atrevido a publicarlas.”

A la profesora de Harvard le preguntaron acerca del muro de pago que tiene The New York Times. “Decidimos hacerlo hace ocho años porque pensamos que nuestras historias tienen valor y calidad. Y la gente se ha dado cuenta y paga por ello. El objetivo era tener un millón de abonados y ya se han alcanzado los 800.000. Ahí va.” ¿Seguirán existiendo los periódicos de papel?, le inquirieron. “No debemos centrarnos en si habrá papel o no”, dijo sin rodeos. “Lo más importante es centrarnos en el periodismo de calidad, en ofrecer las historias que otros no tienen y en contarlas bien.”

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