_
_
_
_
_
OBITUARIO

Don Covay, cantante y compositor de ‘soul’

Admirado por los Rolling Stones, compuso éxitos para Aretha Franklin, Chubby Checker o Gladys Knight

Diego A. Manrique

Don Covay, prodigioso cantante y compositor de soul, falleció el 30 de enero en Nueva York, con 76 años. Fue uno de esos gregarios de calidad indudable pero que nunca disfrutaron de un gran éxito, aunque Don sí proporcionó temas memorables a artistas más afortunados. Nacido en Carolina del Sur, Donald Randolph creció en un ambiente estricto, bajo un padre predicador. Se rebeló: era menor de edad cuando, ya en Washington DC, comenzó con el grupo vocal The Rainbows. Entró a formar parte del séquito de Little Richard, primero como chófer y luego como artista, con el seudónimo de Pretty Boy. En sus formidables singles, ya como Don Covay, se aprecia la evolución del rhythm and blues y la eclosión del soul como sonido definitorio de los años sesenta.

También contribuyó a la moda de los discos que promocionaban bailes, con The Popeye Waddle y Pony Time. Esta última, llevada a lo alto de las listas por Chubby Checker, le abrió las puertas del Brill Building neoyorquino, donde se elaboraban canciones industrialmente. Aparte de variaciones sobre el twist para Connie Francis o Louis Prima, colocó temas con las Shirelles, Jerry Butler o Gladys Knight. Esa etapa la cubre el recopilatorio Have Mercy.

Entró en las listas en 1964 con Mercy, Mercy, canción de resonancias góspel que se grabó con la ayuda de un joven Jimi Hendrix. El tema se difundiría más en la versión de los Rolling Stones y facilitaría que, en 1986, los británicos contaran con la ayuda vocal de Covay para el álbum Dirty Work. Según cuenta Bill German en su libro Under Their Thumb, la parte instrumental de los Rolling Stones se divertía montando jam sessions nocturnas en los estudios neoyorquinos RPM, con Don Covay como cantante; parte del placer residía en burlarse de Mick Jagger, que supuestamente le había copiado sus falsetes.

Mercy, Mercy le permitió integrarse en la poderosa Atlantic, que le envió a Memphis para trabajar con Booker T & the MGs. Con Steve Cropper, Covay compuso Sookie Sookie y See-saw. Esta última y Chain of Fools las grabó la reina de la compañía, Aretha Franklin. También Otis Redding, Wilson Pickett, Etta James o Solomon Burke hicieron sus temas. Fuera de EE UU, su firma aparecía en discos de los Kinks, los Small Faces o ¡Raffaella Carrà!

Aun con el respaldo de Jerry Wexler, Covay no pegó en Atlantic. Allí también animó aventuras como el Soul Clan —fugaz supergrupo con Solomon, Ben E. King, Joe Tex y Arthur Conley— o la insólita Jefferson Lemon Blues Band, con el músico blanco John Hammond. Tras comprender que Atlantic, volcada hacia el rock, no era la mejor compañía para él, pasó a Janus y Mercury, donde consiguió algunos éxitos menores.

El último intento serio de lanzar a Don Covay fue en Philadelphia International Records, con Travelin’ in Heavy Traffic (1976), pero sus lanzamientos se irían espaciando. Vivía de sus derechos de autor cuando sufrió un ictus, en 1992. Al año siguiente, sus amigos le dedicaron un homenaje, Back to the Streets, con un reparto que revelaba la profundidad de los afectos que había conquistado: de Iggy Pop a Todd Rundgren, pasando por Bobby Womack y Nona Hendryx. En 2000, lanzó un disco de duetos, Adlib, también con un plantel imposible: desde el jazzman Lee Konitz a Paul Rodgers. La portada era un retrato realizado por su amigo Ronnie Wood; no fue suficiente para evitar que el álbum pasara desapercibido.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_