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El escondite del desamor es una caja de huevos

Un palo, papel celofán... Todo puede contar una historia en la pieza de teatro 'Lover'

Isabel Valdés
Una de las escenas de 'Lover'.
Una de las escenas de 'Lover'.Mariam Useros

Retroceder en el tiempo. No pararlo, no. Ir hacia atrás. Qué anhelo propio del ser humano desear volver a ese momento exacto en el que, en la memoria, todo era mejor. Bajo la lógica, obvia y acerada, sabemos que no se puede cambiar lo que ya ha ocurrido; aun así, creamos un bucle agotador e innecesario que nos lleva al pasado, donde preferiríamos vivir. Qué anhelo inútil compartido por millones de humanos con el corazón descosido y reflejado en Lover, una delicada pieza de teatro de objetos que Andrés Beladiez (Guadalajara, 1966) y Marta Marco (Guadalajara, 1977) han llevado hasta el Teatro Lara.

'Lover'

Idea y creación: Andrés Beladiez y Marta Marco.

Dramaturgia y dirección: Andrés Beladiez

En escena: Marta Marco.

Duración: 45 minutos.

'Lover' está durante los meses de febrero y marzo en el Teatro Lara de Madrid, los martes a las 22.00.

Un pequeño muñeco, guiado por las manos de Marco, se posa sobre las manecillas de un reloj ocre. Intenta, una y otra vez, empujando con sus brazos y piernas de cuerda, retrasar la hora. Volver a aquel lugar en el que no sonaba E se domani. Nunca lo consigue. Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver, cantaba Sabina. Nadie le hace caso. Tampoco Marco: “Es mi escena favorita, empujar el tiempo hacia atrás es una forma de plasmar su deseo de quedarse en aquel recuerdo. Todos lo hemos hecho”.

La forma en la que la actriz mueve, desliza y contorsiona al enamorado de trapo refleja el cariño que la actriz tiene a la obra, que nació del reencuentro con Andrés Beladiez. “Nos conocimos hace dos décadas”, recuerda el director. “Él se convirtió en el director de la primera compañía de la que formé parte. Él me permitió enamorarme del teatro, tiene una forma de trabajar muy especial”, apunta Marco. La adaptación de un cuento de Gianni Rodari fue su primer proyecto juntos. Pim. Pam. Pum. era el nombre de la obra. Después de aquel momento, 1995, dejaron de verse, aunque siguieron manteniendo el contacto, hasta 2008. “Desde entonces hemos vivido casi puerta con puerta. Es mi gran compañero y mi gran amigo”, se ríe Marco.

Lover ocurre sobre una mesa de apenas 4 metros cuadrados repleta de diminutas ovejas, un tapete de mesa, un viejo teléfono, una concha de mar… objetos que cuentan una historia. La de todos. La de una despedida. “Los dos teníamos ganas de contar un ciclo amoroso. El flash en el que te enamoras, la felicidad de estarlo, cuando te rompen el corazón… Pero solo conseguíamos dar en el bingo con la parte del desamor y decidimos aceptar que la historia nos estaba eligiendo a nosotros y no al revés”, explica Marco.

Mariam Useros

Más allá de la tristeza evidente, la pieza bucea en las pequeñas y cambiantes sensaciones tras una ruptura con tanta naturalidad que incluso provoca la risa franca de quien se reconoce en ellas: marcar y colgar, esperar, ese momento de éxtasis por un aparente olvido definitivo, una borrachera épica. Cada momento engarzado a los cambios de luz, de música, de ritmo. Todo encaja y por momentos, olvidas las manos de Marta Marco y solo puedes ver al diminuto polichinela. Andrés Beladiez cree saber por qué: “Todo está hecho con la más absoluta sinceridad, ambos creemos y confiamos en este proyecto, todos los espectáculos nacen de esa confianza en algo que uno ama hacer”.

El teatro no nace en el escenario, sino en la mente del espectador

De esa pasión y convicción por seguir haciendo teatro a pesar de la situación del sector, nació esta intensa obra de 45 minutos forjada a base de prueba y error: “Fuimos probando ideas hasta que una funcionaba exactamente con lo que queríamos transmitir. Cuando esa escena brillaba, esa era la que elegíamos”, detalla la actriz. Ambos creen que la creación ha surgido sobre dos pilares básicos, el conocimiento que tienen el uno del otro y la poética de los objetos. “A veces, tú quieres mostrar una cosa, pero el propio muñeco o el objeto te fuerzan a otra. La velocidad y la manera en la que se abre un cartón de huevos pueden transmitir una u otra emoción”.

Podría parecer extraño, pero lo consiguen: la risa y la carcajada sincera, la emoción breve que pone el vello de gallina. La oscuridad total más allá del pequeño espacio intensifica la sensación de estar en otro mundo. La voz de Marta Marco, cantando nanas y pequeñas piezas compuestas por Andrés Beladiez, se transforma en una letanía levemente hipnótica. "El teatro no nace en el escenario, sino en la mente del espectador", asegura el dramaturgo. No hay ni una sola palabra hablada en Lover, solo la sensación de estar mirándose en un espejo, de haberlo hecho alguna vez, o de saber que ocurrirá.

Los creadores de 'Lover'

¿Quién no ha deseado con todas sus fuerzas dejar de amar? Abandonar el deseo ¿Qué sucede en nuestra cabeza mientras tanto? ¿Y en nuestro corazón? Sí. Es cierto. Lo conseguimos. Pero, ¿somos los mismos? Lover somos nosotros y un poco de ti.No es coincidencia, a veces la vida es así y otras se esconde por las esquinas.


Es el texto que el director de Lover, Andrés Beladiez, creó como presentación. Él es licenciado en dirección de escena y dramaturgia por la RESAD, incorpora en muchos de sus espectáculos el uso de las nuevas tecnologías como una herramienta al servicio de la narrativa escénica. Complementa su trabajo artístico con la gestión cultural, asesoramiento a festivales, compañías y estructuras de programación. Actualmente sus trabajos pueden verse en diferentes festivales y espacios escénicos tanto en Europa, como Asia, América y Canadá. Premio José Luis Alonso para Nuevos Directores otorgado por la Asociación de Directores de Escena de España.

Marta Marco, las manos que mueven al protagonista de la obra, es licenciada en Arte Dramático por la RESAD, con especialización en Interpretación Gestual y formación en Pedagogía Teatral. Su experiencia profesional de los últimos 18 años años se centra en los escenarios, en la formación teatral, en la animación a la lectura y en los cuentos. Estos ámbitos profesionales le han llevado a recorrer toda España, además de Italia, Portugal, Túnez, Polonia, Hungría e Inglaterra. También ha colaborado en proyectos de cooperación internacional de amplia duración, desarrollando proyectos teatrales y de animación a la lectura en Bolivia y Mozambique

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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