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La noche de los cómicos

Fue una noche distinta a las 28 anteriores. No la vi terminar porque superó la duración de Titanic. Hablo de los Goya 2015. Lo mejor de todo fue ver cómo un cómico ejercía de tal y tras una parrafada inicial que parecía dictada por el pinganillo, apareció la luz verde que le hizo llevarnos a un delirio de ceremonia en el que el chiste fácil y lo previsible de otros años dejaron paso a esa espontaneidad que está llena de ensayo y a una fina ironía. Los que nos dedicamos a provocar sonrisas vimos cómo “uno de los nuestros”, que parecía haberse colado en el mundo del cine, consiguió modernizar una gala que lograba fagocitar a sus presentadores estrella. Dani Rovira puso la guinda ganando el Goya al mejor actor revelación, haciendo que Ocho apellidos vascos obtuviera los tres galardones interpretativos a los que optaba. Ojalá sea un síntoma de que la comedia nos la comenzamos a tomar muy en serio en nuestro país.

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