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ENTREVISTA A JUAN CARLOS IRAGORRI

“No hay un país más interesante hoy para ser corresponsal que España”

El programa Club de Prensa, que el periodista colombiano dirige en NTN24, recibe el Premio Rey de España de Periodismo

Marc Bassets
Juan Carlos Iragorri, director de Club de Prensa, Premio Rey de España de Periodismo.
Juan Carlos Iragorri, director de Club de Prensa, Premio Rey de España de Periodismo.

Hay periodistas que, durante toda su carrera, trabajan en un solo soporte: prensa, radio, televisión. Otros trabajan unos años en un soporte y después cambian. Juan Carlos Iragorri (Cali, 1961) los combina todos cada 24 horas: desde Washington, donde reside, dirige a diario un programa de televisión en la cadena NTN24, presenta un programa vespertino de radio en la cadena colombiana RCN y escribe en la revista Semana.

El viernes Iragorri fue galardonado con el Premio de Periodismo Rey de España, en la categoría de Televisión, por Club de Prensa, el programa que desde septiembre de 2011 dirige y presenta desde unos estudios "a tres cuadras de la Casa Blanca", como dice al inicio de cada emisión. El programa premiado, emitido el 22 de noviembre de 2013, contaba con una entrevista al senador demócrata Bob Menéndez y con la tertulia habitual de los viernes, a los que suele asistir el corresponsal de EL PAÍS en Washington.

“Se premió el concepto del programa, porque no existe una tertulia así en ninguna parte”, dice Iragorri, que es ciudadano español además de colombiano. “Pero los que participaron en el programa premiado también se ganaron el premio: son Muni Jensen, analista política de Club de Prensa, José Jaime Hernández, de El Universal de México, Silvia Pisani, de La Nación de Buenos Aires, y Antonio Caño, por entonces corresponsal jefe de EL PAÍS y actual director del periódico”.

PREGUNTA: ¿Cómo tiene la idea del programa Club de Prensa?

RESPUESTA: Tuve la idea porque estuve en algunas tertulias en España, especialmente en La Mirada Crítica de Montserrat Domínguez. Participé como corresponsal en España del periódico El Tiempo de Bogotá. Y me pareció un programa ágil e interesante. Washington me parecía un sitio ideal para estas tertulias, porque ésta es la ciudad donde posiblemente los medios de comunicación mandan a sus mejores corresponsales. Los hay de muchas nacionalidades y todos han tenido experiencia prácticamente en los cinco continentes, de manera que pueden hablar de cualquier tema con propiedad y experiencia.

P: ¿En qué se parece este programa a las tertulias españolas?

R: Tiene mucho parecido en el sentido de que hay distintas voces. Para mí lo más importante de la tertulia de Club de Prensa se puede resumir en una frase que me escribió una señora de Centroamérica. Ella puso en la página de Facebook lo siguiente: “Club de prensa, el programa en el que los que no sabemos nada entendemos todo”. La tertulia es un formato muy español: en distintos canales de la televisión en España y en las radios hay muchas tertulias. Es un formato muy llamativo porque mueve opinión.

P: También es un formato muy cuestionado en España. Hay una inflación de tertulias y de opinión. ¿Qué diferencia hay entre Club de Prensa y las tertulias que cada día se ven y oyen en España?

R: En algunos medios de comunicación españoles, son muy partidistas. Los medios de comunicación en España, en general, son muy partidistas. Unos están más con el PSOE, otros más con el PP. Este programa no es así. Y en este programa, por otra parte, a veces hay debates pero no son debates fingidos. En algunas tertulias españolas ponen a dos personas a debatir porque sí, aunque estén de acuerdo. Y eso no me parece serio.

P: Una parte importante del programa son las entrevistas. ¿Cómo las prepara?

R: Trato de ver la agenda de visitantes a Washington. Es una ciudad por la que pasan grandes personajes. De esta manera he podido entrevistar a algunos jefes de Estado, escritores, dirigentes políticos, grandes periodistas. La entrevista es tal vez el género que más me gusta del periodismo. Y para prepararlo hago una investigación muy rigurosa sobre la persona que voy a entrevistar. Para hacer las entrevistas cuento además con el apoyo de todos los corresponsales que vienen a este programa. Si voy a entrevistar a un ministro mexicano, por ejemplo, consulto al corresponsal de El Universal o de Notimex.

P: ¿Cuál es la clave de una buena entrevista?

R: Oír al entrevistado. El gran defecto de la gente que hace entrevistas es que lleva unas preguntas escritas y quiere hacer todas las preguntas. Muchas veces el entrevistado dice algo importante y el entrevistador en lugar de profundizar en esto, simplemente sigue con su cuestionario. El entrevistador lo que debe hacer es hacer decir al entrevistado lo que tiene que decir pero que no quiere decir.

P: ¿Cuál es la técnica para arrancarle al entrevistado lo que no quiere decir y usted quiere que diga?

R: Eso tiene varios secretos. Uno es ser insistente, ser incisivo, y no dejar que el entrevistado se salga por la tangente. No es fácil.

P: El conductor de un programa, ¿debe opinar?

R: Yo procuro opinar poco, lo hago a veces. Porque creo mucho en una frase de Fernando Savater, que dice: “El periodista ideal es el que hace notar sin hacerse notar”. Mi función es guiar la conversación. Mi papel en la mesa es explicar las noticias con mis propias palabras para que lo pueda entender desde un ministro hasta el ciudadano más humilde.

P: La cadena NTN24 ha sido protagonista de la información, por ejemplo en Venezuela. ¿Cómo se abordan estos temas cuando la cadena es parte de la noticia?

R: Los comentarios que en el programa se hacen sobre Venezuela no tienen ningún interés distinto que no sea informar. En este programa no hay críticas, creo yo, injustas al presidente venezolano, Nicolás Maduro. Simplemente se le reprocha que haya cerrado este canal en su país, cosa que me parece una torpeza. Pero yo no le dedico el programa al presidente Nicolás Maduro. Hay muchos más países en el mundo que Venezuela.

P: ¿Cuál es el problema más grave que tiene el periodismo en América Latina hoy?

R: Son muchos: la falta de recursos de los medios de comunicación, la pobreza de los salarios y las grandes dificultades en las que trabajan los periodistas en lo que nosotros llamamos la provincia, en ciudades pequeñas. Un periodista en un pueblo pequeño en la costa caribe colombiana, o en algún Estado alejado en México, o en Honduras, en un pueblo, tiene muchísimas dificultades para poder contar la verdad, porque está amenazado, porque no tiene dinero, porque no tiene protección.

P: Colombia siempre ha producido periodismo de calidad.

R: Hay una tradición desde el principio. A pesar de todos los ataques que ha sufrido, Colombia es la democracia más tradicional de América Latina. Y la democracia se basa en gran medida en que haya un periodismo vigoroso. Por otra parte: grandes intelectuales colombianos han sido periodistas. Incluso algunos que han sido políticos. Por ejemplo: Alberto Lleras. Alberto Lleras es quizá el mejor escritor que ha habido en Colombia detrás de García Márquez, y fue presidente de Colombia. Y era un grandísimo periodista. Las columnas de Alberto Lleras son sensacionales. A parte de esto, ha sido un oficio de gente muy valiente. En Colombia han asesinado a centenares de periodistas. Han puesto bombas contra periódicos. Han secuestrado reporteros. Y, sin embargo, son muy conscientes, los periodistas colombianos, de la necesidad de contar la verdad. Por esa razón ha sido bueno el periodismo colombiano. Y otra adicional. Y es que hay gran cuidado por el idioma. La primera academia de la lengua fundada, después de la Real Academia Española, fue la Academia Colombiana de la Lengua. Y eso ha sido muy útil para la buena salud del periodismo.

P: ¿Cómo nace su interés por España?

R: Desde muy niño me llamó la atención. España es uno de los países más apasionantes del mundo, uno de los más interesantes. Tiene una historia riquísima. España ha tenido grandes genios de la historia, como Velázquez o Picasso. España, además, puso en marcha la mayor empresa de la humanidad, que es la conquista de América, en la que además cometió muchos errores. España es un país que tiene grandísimos defectos, que tiene algunas regiones que se quieren independizar, y que hoy en día tiene también muchísimos problemas de corrupción, lo cual lo hace un país, para un periodista, tremendamente atractivo. Creo que no hay ningún país hoy en día más interesante para ser corresponsal que España.

P: Usted fue corresponsal en España. ¿Qué se llevó de aquella experiencia?

R: Lo que más recuerdo de España es el cielo azul de Castilla y el cielo azul de Madrid. Me llevé la experiencia de un país variopinto, donde cada región parece un país distinto. Alguien decía: “Quien dice España dice todo”. Y creo que esto en parte es verdad.

P: Visitó todas las provincias.

R: Del territorio peninsular, lo único que no conozco es Murcia. Por haber viajado por España doce años, estoy seguro de que hay pocas personas que conozcan España mejor que yo. Conozco desde Aínsa a Alquézar, hasta pueblos minúsculos de Andalucía. Y la máxima demostración de lo que digo es que tengo una casa entre el Burgo de Osma y Soria capital, en un pueblo que en invierno tiene dos habitantes.

P: Cita usted con frecuencia una frase de Ava Gardner sobre España.

R: Y la comparto, además: “A mí me gusta España porque tiene los mismos defectos que yo”. España tiene un nivel de desorden que para un latinoamericano es necesario para vivir. Y entiendo que España tiene muchos problemas y muchas lacras. Pero para un latinoamericano, darse cuenta de que el número de homicidios no llega a 400 al año es un lujo.

P: ¿Qué le preocupa de España?

R: Me preocupa mucho la corrupción en los partidos políticos, la corrupción en varios gobiernos regionales e incluso en el gobierno central, el desprestigio de la monarquía, la crisis económica por supuesto. Pero diré algo: me parece que la crisis tiene un punto positivo. Y es que ha obligado a los españoles a ir a buscarse la vida a América Latina o a otra parte, que ha sido una tradición en España. Creo que los españoles cometieron el error de sentirse muy ricos cuando no lo eran. Y además cometieron el error de volverse arrogantes, muchos, no todos pero muchos, y creo que la crisis los ha forzado a poner nuevamente los pies en la tierra.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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