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“Me hubiera gustado escribir ‘La muerte de Iván Ilich’”

El historiador y escritor mexicano, director de la revista 'Nexos', responde al juego de preguntas de este diario

Camín, en su oficina de la colonia Condesa en México D.F.
Camín, en su oficina de la colonia Condesa en México D.F. Saúl Ruiz

Historiador, escritor y director de la revista Nexos, Héctor Aguilar Camín (Chetumal, México, 1946) es autor de dos novelas clave para entender el México moderno: Morir en el Golfo, sobre el auge petrolero de los 70, y La guerra de Galio, sobre el fulgor y las miserias de la generación del 68 y el combate entre prensa y poder. Su última obra, Adiós a los padres (2014), es un conmovedor ajuste de cuentas con la historia de su familia.

Pregunta. ¿Cuál es el último libro que le hizo reírse a carcajadas?

Respuesta. Rayuela [de Julio Cortázar].

P. ¿Qué libros están normalmente en su mesa de dormir?

R. Estas noches, la edición española que reúne novelas cortas recientes de Philip Roth. La editorial las agrupa bajo el título genérico de Las némesis. En una edición kindle, leo El asesinato como una de las bellas artes, de Thomas de Quincey, que también me hace reír. Y un libro sobre la capital de la Nueva España según cronistas, poetas y viajeros, de María José Rodilla, medievalista oriunda de Cáceres y vecina de Coyoacán: Aquestas son de México las señas.

P. ¿Qué libro le cambió la vida?

R. Ninguno. Todos. El hábito de leer cambió mi vida.

P. ¿Cuál es su rutina diaria para escribir?

R. Reescribir.

P. ¿Qué personaje literario se asemeja a usted?

R. Me hubiera gustado ser Luciano de Rubempré [personaje de La Comedia Humana, de Balzac]. Ejecución incluida.

P. ¿Cuáles son sus influencias literarias?

R. Cada vez más Chéjov, Tolstoi y Camus. Cada vez menos Rabelais, Faulkner o Carpentier.

P. ¿Qué libro le regalaría a un niño para introducirlo a la literatura?

R. Me hubiera gustado leer de niño, con el deslumbramiento que lo leyó mi hijo Mateo, La historia interminable, de Michael Ende.

P. ¿Qué libro le hubiese gustado haber escrito?

R. La muerte de Iván Illich [de Tolstoi].

P. Si pudiera adquirir cualquier pintura, ¿cuál sería?

R. La Venus del espejo, de Velázquez

P. ¿Qué le deja sin dormir?

R. El whisky.

P. ¿Lo último que compró y le encantó?

R. La casa de mi madre.

P. ¿La última comida que realmente le sorprendió?

R. Hace cinco días, una burrata con tomates que sirven en un restorán de México cuyo frontis es un mural, pintado en lienzo y pegado a la pared, de Rafael Cauduro.

P. ¿Su espacio favorito en su casa?

R. El sillón rojo frente a la televisión donde veo películas con Ángeles. La silla negra de mi escritorio frente a la computadora, donde leo y escribo.

P. En su nevera siempre hay...

R. Jamón de pavo y queso panela.

P. ¿Su página web favorita?

R. Siempre encuentro algo extraordinario en Thebrowser.com.

P. ¿A qué edad se dio cuenta de que quería ser escritor?

R. Tengo unos primeros intentos deleznables a los 16.

P. ¿Qué te reprochan tus amigos?

R. No me dicen.

P. ¿Qué le asusta?

R. La enfermedad.

P. Si pudiera tener un superpoder sería…

R. Escribir La muerte de Iván Illich.

P. ¿Qué es para usted un buen fin de semana?

R. La silla negra frente a mi computadora. El sillón rojo frente al televisor. Y un buen juego de fútbol. Digamos Real Madrid-Atlético de Madrid.

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