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‘Conexión Samanta’ va al grano

El programa de Cuatro regresa con cuatro nuevos reportajes Cada entrega se centrará en un tema al margen de la actualidad

Una imagen de la nueva temporada de 'Conexión Samanta'.
Una imagen de la nueva temporada de 'Conexión Samanta'.

La periodista y reportera de televisión Samanta Villar (Barcelona, 1975) está emocionada. Mañana (22.30) se estrena la nueva temporada de su programa en Cuatro, Conexión Samanta, con una nueva filosofía: menos episodios, pero trabajados a conciencia. “Va a ser muy especial”, asegura, mientras cuenta que ella y su equipo se tomaron unos meses para pensar exactamente qué querían hacer y cómo conseguir el mejor resultado posible. Una oportunidad así no es común. “Queríamos trabajarlo todo muy bien, así que fuimos muy selectivos. Nos inclinamos por esos temas que quedan al margen de la actualidad, pero siguen siendo interesantes y novedosos”, una tarea que les resultó difícil porque sentían que ya todo estaba contado. “Pero al final hemos conseguido cuatro temas. ¡Estamos radiantes!”, añade.

Lo primero en lo que decidieron enfocarse fue en la devoción por los bebés reborn, unos muñecos hiperrealistas que imitan el aspecto de niños recién nacidos. Ella y sus cámaras siguieron a cuatro mujeres que visten, pasean, cuidan y quieren a estos juguetes como si fueran de verdad. “El episodio empieza cuestionando si esta actitud es una patología o solo una afición, luego le mostramos al espectador lo que vimos y dejamos que ellos saquen sus propias conclusiones”.

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En otra entrega, Villar invitará a los televidentes a conocer la intersexualidad, “el armario que faltaba por abrir”, como ella lo describe. “Es lo que nosotros llamamos erróneamente hermafroditismo, porque pensamos que tienen órganos sexuales funcionales femeninos y masculinos, pero no es así. Ellos están como a la mitad. No saben si serán hombres o mujeres hasta la pubertad, pero se ven obligados a elegir por la sociedad”. La reportera habla con pasión, dejando ver que ese fue uno de los temas que más la conmovió. “Encontramos a tres personas que estuvieron dispuestas a contarnos su historia. Fue muy difícil porque al principio ni siquiera nos dejaban hablar por teléfono con ellos. Íbamos a ir a un congreso en el que los pacientes se reúnen con especialistas y nos pidieron que no fuéramos porque les parecía que la gente se iba a asustar”, añade.

Una de esas historias, la de una mujer que no pudo mostrar su rostro en la entrevista por petición de su madre, marcó especialmente a Villar. “Nunca le habíamos tapado la cara a nadie, pero hicimos una excepción porque su testimonio valía la pena”.

Por el momento, solo tienen tres episodios grabados. El último de los que tienen preparados se centra en los trastornos alimenticios en hombres y el “trastorno del atracón”, una nueva patología que se empieza a estudiar ahora. Mientras tiene el final de la temporada en mente, Villar piensa ya en el futuro. “Siempre estoy pensando en lo que viene. En los próximos cuatro, en más reportajes. En la tele de la calle, que es la que a mí me gusta”.

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