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Las peticiones para usar Santa Sofía como mezquita se multiplican

El edificio de Estambul, primero una iglesia y luego una mezquita tras la caída de Constantinopla, es un museo

Andrés Mourenza

¿Iglesia?¿Mezquita?¿Museo? Los debates sobre el estatus de Santa Sofía, como ocurre con la mezquita de Córdoba, han resurgido en los últimos años al calor de las iniciativas del exprimer ministro y ahora presidente de Turquía, el islamista moderado, Recep Tayyip Erdogan, destinadas a potenciar su herencia otomana e islámica, provocando con ello un fuerte debate internacional.

El templo, construido como catedral en el siglo V por orden del emperador bizantino Justiniano y convertido en mezquita tras la toma otomana de Constantinopla en 1453, es un museo desde que el fundador de la laica República de Turquía, Mustafa Kemal Atatürk, así lo decretó en 1935, prohibiendo el rezo en su interior. Dado que Santa Sofía está incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco y que es uno de los principales atractivos turísticos de Estambul, con más de 3 millones de visitantes cada año, los debates sobre un eventual cambio de estatus se habían mantenido hasta ahora en la marginalidad y sólo pequeños grupos islamistas o ultranacionalistas se manifestaban de vez en cuando para pedir su conversión en mezquita.

Hasta que el político demócrata de EE UU Chris Spirou, de origen griego, abrió el melón con una campaña para transformar Santa Sofía de nuevo en basílica cristiana y, en 2010, trató de llevar a cabo una liturgia en el lugar, acción que fue abortada y tachada de “provocación” por el Gobierno turco. En 2013 y en 2014 el debate volvió a resurgir cuando miles de musulmanes se congregaron para rezar frente a Santa Sofía y pedir su vuelta al estatus de mezquita. Los manifestantes alegan que cuando el sultán Mehmet II ‘el Conquistador’ tomó Constantinopla, una de las primeras cosas que hizo fue decretar la transformación de Santa Sofia en templo musulmán y que se mantuviese así “hasta el día del juicio final”.

El viceprimer ministro turco Bülent Arinç, dio a entender el pasado año que el Gobierno se estaba planteando la reconversión, e incluso un diputado del partido gubernamental AKP (islamista moderado) y otro del opositor MHP (ultranacionalista) registraron en el Parlamento sendas mociones en este sentido. Sin embargo, el tema ha sido aparcado por el momento, lo que no ha sido óbice para que la UNESCO –que desde hace años sigue con preocupación los planes urbanísticos del AKP en Estambul- pida “más información sobre los planes para Santa Sofía”.

También desde Grecia se han escuchado fuertes críticas ya que los helenos consideran Santa Sofía parte de su patrimonio. El Patriarcado Ecuménico Ortodoxo, que tiene sede en Estambul, pidió que no se modifique su estatus o en todo caso que se convierta en iglesia. Incluso el Ministerio de Asuntos Exteriores griego ha intervenido en el debate exigiendo “respeto y protección para las iglesias cristianas bizantinas”. No en vano, numerosas iglesias-museo de Turquía han sido reabiertas como mezquitas en los últimos años, entre ellas dos que llevan el mismo nombre que la de Estambul: Santa Sofía de Trabzon y Santa Sofía de Iznik.

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