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OBITUARIO

Ninón Sevilla, rumbera del cine mexicano

Las grandes dotes para el baile de la artista nacida en Cuba la convirtieron en una estrella de la gran pantalla

La artista mexicana Ninón Sevilla.
La artista mexicana Ninón Sevilla.

Aunque hubo otras rumberas muy notables en la época de oro del cine mexicano como María Antonieta Pons o Meche Barba, la que se convirtió en leyenda indiscutible fue Ninón Sevilla. Ha muerto el pasado 1 de enero a los 94 años en México DF tras una larga carrera cinematográfica y televisiva por la que recibió el fervor de los espectadores y diversas distinciones mexicanas, entre ellas la de Diosa de Plata. En un concurso de 1952 sus piernas habían derrocado a las de Marlene Dietrich, y de ángel azul había hecho ella misma en Sensualidad (1950), uno de los muchos títulos en que fue dirigida por Alberto Gout. Entre ellos destaca su película más celebrada, Aventurera, que más tarde otras actrices llevaron de nuevo al cine o al teatro.

Algunos títulos de las películas de Ninón Sevilla se definen por sí mismos: La noches de Blanquita, Amor y pecado, Llévame en tus brazos, Perdida, Coqueta, Pecadora, Señora tentación… o Víctimas del pecado, dirigida en esta ocasión por el gran Emilio Fernández, en la que Ninón, ataviada de rumbera, corría una noche por las calles de la capital buscando en los cubos de basura al bebé que otra rumbera había abandonado por exigencias de su chulo. Una secuencia antológica que seguramente ayudó a François Truffaut a expresar su admiración por la bailarina, o, según se cuenta, a la mismísima Edith Piaf, que al llegar a México pidió ante todo conocer a Ninón. En la España del franquismo, sin embargo, sus provocadores contoneos casaban mal con los rigores de la censura española y sus películas fueron poco vistas, aunque aun así fue reclamada por Juan de Orduña para Música de ayer (1958), un año después del gran éxito que él había obtenido con El último cuplé.

Ninón Sevilla era de origen cubano (nació en La Habana en 1921) y en realidad se llamaba Emelia Pérez. De niña había querido ser monja misionera, pero sus dotes para el baile le aconsejaron cambiar de oficio, siendo pronto contratada por un productor puertorriqueño, y poco después por el productor mexicano que hizo de ella una estrella del cine. Su primera película fue Carita de cielo (1946), y la última, Rumbera caliente (1989), títulos que dan idea de la evolución de su carrera. Ninón continuó apareciendo en melodramas para televisión hasta hace un año, ya sin bailar, pero manteniendo su explosiva forma de ser, quizás vulgar pero arrebatadora para sus miles de seguidores.

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