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OBITUARIO

José Orús el pintor en búsqueda permanente de la luz

El pintor aragonés José Orús, falleció en Zaragoza en la madrugada del 31 de diciembre, tras meses de enfermedad. Orús, un artista en búsqueda permanente y que no hizo concesión alguna a modas o tendencias. El mismos sobre su pintura –de la que no les gustaba hablar– decía “El que lo vea, que lo vea, y el que no, que no lo vea” . Definido como pintor informalista, logró sus mayores éxitos y reconocimiento en los años 60. Autodidacta, abandonó los estudios universitarios en 1949, se volcó en la pintura y participó en la I Bienal Hispanoamericana de 1951, en Madrid. Cercano al mundo de los agitadores intelectuales de su ciudad como el poeta Miguel Labordeta, fundó junto a él y otros, la Peña Niké. Pero era pintor , quería serlo y no poeta . Buscó ese camino, abandonó Zaragoza en 1955 y se instaló en Paris donde vivió diez años. Compañero de artistas del grupo El Paso, con quienes coincidió en la capital francesa, fue muy cercano a Viola, Vitoria, Serrano o Saura.. Abandonó el arte figurativo y apostó por el abstracto como los pintores españoles de la postguerra. Orús tuvo un estilo personalísimo, siempre basado en la búsqueda de la luz y en el convencimiento de que arte y ciencia podían confluir. Su pasión por investigar conforman una obra en la que la materia y la luz son protagonistas. El artista logró su reconocimiento y su aval cuando estuvo presente en citas internacionales como la II Bienal de París, en 1961; la XXXII Bienal de Venecia, en 1964, donde logró un gran éxito. Participó en el Congress Malle Fiertgaten de Berlín, Unge Sapnske Malares de Oslo, Kunstverein de Munich, Junge Spanische Maler de Viena y expuso en la National Art Galleries of Spain de Nueva York ciudad a la que viajó y que marcó su nueva trayectoria.

La obra de Orús se divide a juicio de los críticos en tres etapas; la informalista, paralela a la obra realizada por los pintores franceses encabezados por Jean Dubuffet, desde 1950 a 1960; un segundo período durante la década de los sesenta que se caracterizó por los vibrantes azules y rojos a los que a finales de los 70 añade pigmentos sensibles a los ultravioletas. Y un último período, en los años setenta que marca el inicio de la etapa denominada “Mundos paralelos”, basada, como afirma el propio artista, “en el concepto científico de que puede existir un mundo paralelo al nuestro, en diferente dimensión”.

La ciudad, Zaragoza, en la que vivió la mayor parte de su vida reconoció su trayectoria con muestras antológicas como la del año 1976, celebrada en la Lonja de Zaragoza: «XXV años de pintura de Orús», la expuesta en el mismo espacio, en marzo de 1993, con obra de 1950 a 1992. también expuso en Madrid , en la Sala Millares del Ministerio de Educación y Cultura, en febrero de 1998, con obra de 1950 a 1997 y entre los autores de los textos que arroparon la muestra hay que citar los de Angel Crespo. Al poeta y traductor le ilustró una de sus primeras traducciones de la Divina Comedia de Dante

Obsesionado por la luz, por las formas esféricas y diría que incluso atrapada en su universo el pintor tiene la mayor parte de su obra en el Museo municipal de la localidad zaragozana de Utebo, en el centro Mariano Mesonada. El alcalde de la localidad Miguel Dalmau, aseguraba que "había un vínculo de unión muy importante con José Orús”. Orús es un elemento imprescindible para entender al arte contemporáneo no solo el el aragonés sino el español. Su hija. la historiadora y critico de arte Desirée Orus, guarda las claves esenciales de la comprensión de la obra de un artista que buscó siempre un camino propio y sin concesiones.

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