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Roger Kasparian, el fotógrafo olvidado que retrató a todas las leyendas

Un documental y un libro rescatan al fotógrafo de Los Beatles, Rolling Stones, Ray Charles, Thelonius Monk, Serge Gainsbourg, Françoise Hardy y otros mitos del jazz y el pop

Rolling Stones, Paris 1964, en una fotografía de Roger Kasparian.
Rolling Stones, Paris 1964, en una fotografía de Roger Kasparian. Roger Kasparian

Durante cuarenta años la obra fotográfica de Roger Kasparian, como ha sucedido en otros casos - anotemos el fenómeno Sugar Man- ha permanecido en el mayor de los olvidos. A diferencia de otros fotógrafos y testigos de la década de los sesenta como el celebrado David Bailey en la escena londinense o Jean-Marie Périer y sus retratos pop para Salut les copains, el nombre de Kasparian quedaría sepultado durante cuatro décadas como una colección de revistas de segunda mano en un trastero.

Un olvido o ausencia que resulta sorprendente si repasamos algunos de los nombres que pasaron por su Rolleiflex o su cámara Nikon a lo largo de la década de los sesenta: John Coltrane, Ella Fitzgerald, Thelonius Monk, The Beatles, Rolling Stones, The Beach Boys, Françoise Hardy, Nancy Sinatra, Ray Charles, Dione Warwick, The Who, The Kinks… Una lista que haría de cualquier fotógrafo una leyenda de la década y objeto de culto para el resto de su vida. Pero no fue este su caso y a partir de los años setenta Kasparian se consagró a la tienda familiar que había fundado su padre, un fotógrafo de origen armenio que había huido de la represión turca emigrando a Francia. A partir de ese momento, el nombre de Roger Kasparian comenzaría a diluirse como las melodías populares de aquellos scopitones que se adelantaron a los futuros clips musicales.

El azar en forma de un coleccionista de discos de vinilos, Alexandre Stanisavljevic, quiso que su vida, cuando ya solo le aguardaba la tranquilidad del jubilado, diera un giro de 360º grados. Un vendedor de un rastro parisino pone en contacto al coleccionista con el fotógrafo por la posible venta de unos discos de vinilo. La sorpresa de Stanisavljevic- que ha acabado convertido en su agente artístico- se produce cuando descubre que el vendedor de la colección de discos ha sido fotógrafo y que algunas de las fotografías de los vinilos fueron realizadas por él. Ante él se abría, como si fuera la cueva de Ali Babá, un impresionante tesoro fotográfico de los años sesenta, con una buena parte de material inédito, y protagonizado por las grandes leyendas de la década. Todos, con excepción de Jimi Hendrix y Bob Dylan, en algún momento se habían detenido delante del objetivo de Roger Kasparian.

“Tuve la suerte de ser joven y que ellos también lo fuera y que la fortuna nos hicieran coincidir” comenta con humildad Kasparian en el documental, L’oeil des 60’s, la película que recoge su historia y rescate del olvido. Realizado por Jean-Marc Gosse y el periodista y crítico musical, Philippe Manoeuvre, redactor jefe de la revista Rock & folk, el documental rescata la figura de este fotógrafo que sin saberlo escribió con su cámara el nacimiento y primera explosión de la revolución juvenil de los años sesenta. La edad de la inocencia de la generación rock.

Testigo de primera fila de este primer Big bang juvenil Kasparian recoge sobre la escena y la platea de salas y palacios de deportes la toma de poder por parte de la juventud .Por primera vez en la historia los adolescentes señalan su propio camino, su moda, su música. Gracias a la fotografía y las revistas los fans descubren como visten sus ídolos, el color de sus camisas, el largo de sus cabellos o como son sus espacios de intimidad.

Entre los testimonios del documental se encuentra otra mirada privilegiada de aquellos años, la del fotógrafo Jean-Marie Périer que desde la revista Salut les copains reviste de glamour a los ídolos juveniles del ye-ye francés. “Kasparian representa la realidad de la época” señala Périer a propósito de sus fotografías sin apenas truco ni efectos tomadas en la calle. “Esas fotografías reflejan tal como han sido esos años” mientras observa una fotografía temprana de Françoise Hardy realizada por Kasparian, la cantante que poco tiempo después Périer modelará en revistas y discos a modo de pigmalión fotográfico.

Lejos de cualquier escenario sofisticado Kasparian capta a las estrellas del jazz, John Coltrane, Ray Charles, recién desembarcadas en el aeropuerto de Orly o Le Bourget, a los Beach Boys a la salida del metro parisino; por las calles de una fría mañana de invierno a dos casi debutantes, Françoise Hardy y Marianne Faitfhull mientras un Gainsbourg deja atrás los escenarios de la Rive Gauche por los sonidos de un flipper. Sin intermediarios o engorrosos agentes de prensa fija una época donde el fotógrafo era el único responsable de la imagen del ídolo juvenil. Vemos a un joven Johnny Hallyday junto a una fotografía de su ídolo Elvis Presley o a una recién llegada Sylvie Vartan que acaba de publicar su primer disco, fotografiada con el abrigo prestado de una amiga en el interior de un café. “Quedabas con ellos directamente para una sesión que podía durar toda una mañana” recuerda el fotógrafo.

Hoy a sus setenta y siete años Roger Kasparian disfruta de una segunda vida profesional y su obra es reclamada por las galerías especializadas de Europa. Un documental, L’oeil des 60’s, y un libro, Archives inedites d’un photographe des sixties (Editions Gründ) celebran su obra y los años en que la juventud se transformó en el Santo Grial. Lo que no se imaginaba es que aquella troupe de melenudos que respondían al nombre de los Rolling Stones y que fotografió hace cincuenta años, medio siglo después continuarían en activo y convertidos en uno de los mayores espectáculos del mundo.

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