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Villaamil monumental

El museo del Prado muestra una obra insólita del paisajista gallego en una pieza adquirida en Londres en 2011

Vista sevillana pintada por Pérez Villaamil.
Vista sevillana pintada por Pérez Villaamil.

Genaro Pérez Villaamil (Ferrol, 1807-Madrid, 1854), es considerado el paisajista del Romanticismo español más destacado e influyente. En el museo del Prado está habitualmente representado por dos importantes óleos, dos acuarelas y un grupo de dibujos. En 2011, el museo adquirió en Londres por 100.000 libras una de las piezas más originales del artista gallego: un díptico (entonces con apariencia de biombo) en el que se contienen 42 óleos de pequeño tamaño con vistas monumentales de ciudades españolas, en especial de Toledo y de Sevilla. El peculiar marco, rematado en ojivas, fue realizado para Georges Villiers, lord Clarendon, embajador inglés en España.

Después de una meticulosa restauración integral del marco y limpieza de las pinturas y soportes (operación financiada por Iberdrola) la obra protagoniza una pequeña exposición temporal en la sala 60 del museo, acompañada de tres pinturas del artista escocés David Roberts, maestro de Villaamil. La exposición se puede visitar desde hoy hasta el 6 de septiembre del próximo año. Una vez concluida, el díptico será parte de la colección permanente en las salas dedicadas al Romanticismo.

Miguel Zugaza, director del Prado, bromeó durante la presentación al recordar que cuando la obra fue adquirida tenia forma de biombo, uso que seguramente le habían dado sus propietarios originales.

Javier Barón, jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX y comisario de esta exposición tan especial, explica que el conjunto fue pintado entre 1835 y 1839.

Las 42 vistas están pintadas sobre soportes de hojalata, un material muy utilizado en la época por su ligereza. El experto califica la obra de única en su género dentro del Romanticismo español. "Muestran la habilidad del artista en la representación de exteriores e interiores arquitectónicos algunos de los cuales, ya en ruinas, desaparecerían después. La destreza en el trabajo al óleo con el pincel sobre la hojalata, con una superposición de capas muy diluidas de pintura y un toque final con pigmentos que resaltan los efectos de la luz sobre las ricas ornamentaciones mudéjares y góticas, los estilos que predominan en las vistas".

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