_
_
_
_
_

Los retos más urgentes de Darío Villanueva en la RAE

El nuevo director de la Academia tendrá que salvar un desajuste presupuestario de 2,5 millones y buscar nuevas fórmulas de rentabilizar sus servicios y productos

Tereixa Constenla
Darío Villanueva (izquierda), nuevo director de la Real Academia Española, junto a su antecesor al frente de la RAE, José Manuel Blecua.
Darío Villanueva (izquierda), nuevo director de la Real Academia Española, junto a su antecesor al frente de la RAE, José Manuel Blecua. BERNARDO PÉREZ

Tres siglos dan para mucho. Pocas instituciones sobreviven tanto. La Real Academia Española (RAE), fundada en 1713, es una de ellas. En ese tiempo ha capeado con más o menos acierto crisis políticas, guerras civiles y estrecheces económicas para seguir atendiendo su misión: sacar a la calle diccionarios, gramáticas y ortografías. La etapa que se abrió ayer con la elección de un nuevo director, el catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada Darío Villanueva (Vilalba, Lugo, 1950), corresponde a un duro ciclo de vacas flacas, con la institución atenazada por un desajuste presupuestario de 2,5 millones de euros, que de momento ha salvado con las aportaciones de los mecenas de la Fundación Pro-RAE. Gracias a esos fondos se resuelve la urgencia, pero el déficit pesa como una losa sobre los próximos ejercicios presupuestarios de la casa. Garantizar la supervivencia de la RAE es pues el primer objetivo de Villanueva, que en sus primeras intervenciones ha eludido tanto el tono catastrofista como los palos al Gobierno, cuyos sucesivos recortes han empujado a la Academia al borde del abismo. En una entrevista con EL PAÍS, el nuevo director esbozó cuáles serán sus principales líneas de trabajo para los próximos cuatro años, recogidas en un plan estratégico que persigue sanear las cuentas.

Ingresar más de otra manera. Una de las fuentes de ingresos de la RAE siempre ha sido la venta de sus propios productos. El Diccionario de la lengua española ha sido el best-seller de la casa hasta que ha topado con la era digital. Su última edición, que salió a la calle en octubre, tiene unas ventas modestas. En contrapartida, la versión en línea del Diccionario muere de éxito: más de 40 millones de consultas y 8 millones de visitantes únicos al mes. Un triunfo que nada reporta a la RAE, que ofrece el acceso gratuitamente. Y que, aclara Villanueva, así seguirá siendo. Lo que busca ahora la Academia es un patrocinador único y exclusivo, que se beneficie de una audiencia global y millonaria a cambio de una aportación constante. “Espero que la presentación en 2015 del Diccionario en línea coincida con el anuncio de ese patrocinador”, señala el director. Otra vía de ingresos será el cobro por la prestación de servicios lingüísticos a empresas (medios de comunicación, tecnológicas…). Con Microsoft y Telefónica han firmado convenios de colaboración en esta línea, que contemplan el desarrollo de aplicaciones para tabletas y móviles. Una oferta de servicios que también se dirige a instituciones y colectivos, como el acuerdo con el Consejo General del Poder Judicial para asesorarles en la realización de un libro de estilo y un diccionario de términos jurídicos. En resumen, aspiran a rentabilizar por sus servicios, que serán gestionados a través de una sociedad de nueva creación.

Gastar menos. La plantilla de la RAE tendrá que asumir una bajada del sueldo del 10%, el mismo porcentaje que se aplicará sobre las dietas de los académicos. Asimismo, se abre un plan de bajas voluntarias para ocho o nueve trabajadores, que descarta la aplicación de un ERE sobre el personal de la Academia (85 empleados). “Pretendemos rebajar el coste de la plantilla por una vía no traumática, aunque obligados por la situación”, sostiene Villanueva. “No tiene sentido prescindir de un personal altamente cualificado, cuando la clave actual de lo que necesita la Academia reside en la rentabilización de productos y servicios que existen gracias al trabajo del personal altamente cualificado. Sería paradójico que pretendiéramos generar más ingresos por servicios y al mismo tiempo que prescindiéramos de recursos humanos formados para lo que la Academia hace”.

Refundar el Diccionario. Nada más sacar a la calle la 23ª edición del DRAE, la Academia organizó un simposio internacional con especialistas en la elaboración de diccionarios para pulsar el futuro. Difícil tarea dado que nadie ha encontrado aún la clave para rentabilizar en Internet productos muy consultados, pero a Darío Villanueva le quedó claro el objetivo esencial: “Es inevitable una refundación del Diccionario para adaptarlo a los nuevos usuarios y a las nuevas posibilidades que el mundo digital ofrece. La próxima edición será un Diccionario digital del que se harán ediciones en papel, el cambio de factores es trascendental”. El DRAE será gratis en su versión de consulta, pero ofrecerá la posibilidad de pagar por productos específicos a usuarios especializados.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Lisboa desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera en Andalucía. Es autora del libro 'Cuaderno de urgencias'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_