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AVISOS PARA NAVEGANTES

Sin papel de regalo

Tazas de Walt Whitman, fundas de iPhone de Max, barajas de naipes de escritores y hasta botellas de vino con D.O. literaria. Y, por supuesto, 'ebooks'

Un retrato de Walt Whitman coloreado por History Colors.
Un retrato de Walt Whitman coloreado por History Colors.

Por Navidad, a los amantes de la literatura se les regalan libros. Dadas las fechas, con todo, los 'avisados' de esta sección han de saber que existen para ello opciones más allá del papel. Unas, más tangibles, provienen de la proliferación de gadgets literarios, cada vez más presentes en librerías pero también en tiendas virtuales; así, la editorial Nórdica, una de las más activas, ofrece en su web tazas de Walt Whitman, fundas de iPhone de Max y barajas de naipes con escritores ilustradas por Fernando Vicente, además de bolsas, chapas, cestas y hasta botellas de vino con D.O. literaria. De igual modo, Alba o Blackie Books llevan tiempo consolidando su mercado de agendas bibliófilas, la mayoría de las cuales se venden este mes (y en algunos casos, mejor que muchos libros).

El premio a la iniciativa de regalo del año, aun así, debería ser en España y México para SeeBook de Digital Tangible, una empresa creada por una ensayista y traductora de prestigio Rosa Sala Rose, (coautora de El marqués y la esvástica) que ofrece libros electrónicos en un soporte físico y con códigos QR y/o alfanuméricos para la descarga. Con un catálogo de obras en catalán y en castellano que ya incluyen a Anagrama, Salamandra o Siruela, SeeBook juega la baza táctil en el mundo digital, de modo que sus ejemplares, que se venden en librerías tradicionales, no sólo puedan ser objeto de regalo con lazo incluido, sino que fomenten el coleccionismo (van numerados y llevan exlibris), permitan el envío por correo (tienen forma de postal) y añadan a sus peculiares características la de poder ser firmada por el autor. Un viejo reto para los ebooks, el de los autógrafos, que tras largos debates y soluciones como la encontrada por el periodista Víctor Amela ha vuelto estos días a la palestra con una nueva patente de Apple: esta vez, para un invento que permitiría a los escritores firmarle el ebook a un lector presente o ausente, y hasta organizar sesiones de firmas on line.

Siguiendo con el ebook como regalo, pese a todo, hay que admitir que las iniciativas siguen multiplicándose. En la plataforma sin DRM Lektu, a punto de cumplir el año con más de mil ítems de contenido digital, ya hace meses que ofrecen por ejemplo la opción de regalar títulos electrónicos, e incluso de adquirirlos con variantes tan distintas como el pago social (descarga a cambio de un tuit), el 'paga si te gusta' o el precio libre (con libros a un mínimo de un euro que obtienen como media más de dos, como en el caso de la antología Alucinadas). No hay excusas, por tanto, para no ir haciendo regalos de un modo distinto al tradicional. Y en todo caso, ya saben: naveguen, exploren y, si tienen dudas, busquen las fotografías coloreadas de Dana Keller, Walt Withman y J. M. Barrie incluidos. Son un regalo que prueba hasta qué punto la tecnología puede embellecer lo antiguo desde el respeto.

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