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“Mi hermano escuchó el disco en el hospital y sonrió. Es suficiente”

Angus Young encara el futuro de AC/DC, tras la retirada de Malcolm por demencia senil

Foto de promoción de AC/DC con el cantante Brian Johnson a la izquierda y Angus Young con su característico uniforme colegial.
Foto de promoción de AC/DC con el cantante Brian Johnson a la izquierda y Angus Young con su característico uniforme colegial.

Han detenido en Nueva Zelanda a su batería Phil Rudd por contratar a un sicario y hace más de un mes hicieron público que su hermano Malcolm abandonaba el grupo porque padecía demencia. Podría no ser el mejor día en la vida de este guitarrista endiablado, pero Angus Young se arrellana sonriente en el sofá de la habitación del Breidenbacher Hof Hotel, en el centro de Düsseldorf. En el vestíbulo, un pianista interpreta el himno del deshollinador de Mary Poppins, y los versos de Chim Chim Cher-ee (“La suerte detrás va de mí”) podrían sonar irónicos: “Sólo pensamos en tocar las nuevas canciones en directo. Sabes si son buenas cuando las canta el público”.

Angus Young se refiere a los 11 nuevos temas de Rock or Bust (Sony), que lanzan seis años después de ese Black Ice, del que vendieron ocho millones de copias (llevan casi 200 durante toda su carrera). Tras cuatro décadas enfundado en su uniforme de colegial y bordando los espasmódicos riffs de guitarra de AC/DC, verlo con unas zapatillas de tela sin cordones, una camiseta gris perla y unos tejanos es tan extraño como encontrarse un domingo con el Pato Donald bajando a por la prensa sin su chaqueta de marinero. De hecho, el diminuto guitarrista (mide 1,57; en sus biografías se comenta que su estatura se debe al plomo de las cañerías en un barrio pobre de Glasgow, de donde emigraron hacia Australia cuando él tenía ocho años) habla con una voz nasal parecida a la del personaje y desde sus inicios se apropió del Paso de Pato que había popularizado Chuck Berry. “No quiero opinar de los grupos actuales, porque sólo escucho rock y blues. A veces se confunde el famoseo con la música, pero es algo que ya pasaba en mi época”, explica.

En la otra punta del sofá, Cliff Williams, legendario bajista de la banda, asiente casi mudo. No perderán los nervios porque la discográfica ha avisado de que quien pregunte sobre el batería arrestado se arriesga a quedarse solo en la habitación (los cargos más graves contra Rudd fueron retirados la mañana de la entrevista).

La banda publica ‘Rock or Burst’, su primer disco en seis años

Alemania ha celebrado que ha pasado un cuarto de siglo desde la caída del Muro de Berlín. Corre la leyenda de que cuando eso sucedió, las tiendas de discos del Berlín occidental agotaron sus copias de discos de AC/DC: “Antes tenían listas de artistas prohibidos y nosotros estábamos ¡en el número uno!”, bromea Young, “Cuando fueron libres, ¡qué mejor elección! Ahora en serio, eso lo publicó Newsweek y nos hizo ilusión”. También aparecieron en otro país cambiante, en la España de 1980, días antes de que falleciera su legendario cantante Bon Scott: “Recuerdo esa actuación en Aplauso. Vuestra televisión fue valiente: nosotros cantando sobre el diablo en un país tan católico y con los tatuajes de Bon y yo volviéndome loco”.

A sus 60 años, Angus parece un niño. Un niño (hiperactivo) que fuma. Aunque dice que ha llegado a despachar más de treinta pitillos al día, jamás le ha gustado el alcohol. Son esos dedos con rastros de nicotina los que ahora muestra: “¿Ves estas dos manos? Eso es lo único que tienes para hacer el mejor álbum posible”.

Desde que Angus era un mocoso skinhead malcarado su única pasión ha sido la Gibson SG. Dicen que practicaba sentado en la cama con esa guitarra mientras veía capítulos de Superagente 86. “Mi padre me decía: ‘Cualquiera es bueno en la habitación, ¡pero prueba a hacerlo delante de miles de personas!”, confiesa. Él en una habitación y su hermano Malcolm, inventor de esos respiraderos, esos silencios entre riff y riff tan característicos de canciones como Highway to Hell, en otra.

Rock or Bust es el primer álbum sin su tímido hermano (el cerebro de AC/DC), que ahora necesita cuidados las 24 horas y al que han reemplazado por su sobrino Stevie Young: “Supimos que estaba enfermo en la anterior gira pero decidimos que siguiera. El problema es que la demencia es degenerativa, así que él mismo abandonó”. ¿Ha llegado a escuchar el disco? “Sí, mi sobrino fue al hospital y se lo puso”, explica Young, algo melancólico. “Y nos dijo que mientras lo escuchaba sonreía mucho. Eso para mí es suficiente. Nunca hemos buscado nada más”.

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