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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Sin comedia y sin romance

'Manhattan Love Story' tiene como base una acumulación de clichés y estereotipos sexistas que no podían llevar a nada bueno

Natalia Marcos

La comedia no lo tiene fácil en televisión. Considerada muchas veces un género menor frente al drama, el hecho es que no hay nada más complicado que lograr reunir los ingredientes necesarios para que una comedia triunfe. Sin embargo, cuando lo consigue, cuando alguien da con esa fórmula secreta, ocurren milagros como Friends, Seinfeld o Frasier, comedias que todavía hoy sirven como referente para nuevos intentos. Tras el final de Cómo conocí a vuestra madre y con The Big Bang Theory y Modern Family todavía en la cresta de la ola, pero con una vida restante que no puede ir más allá de dos o tres años más, las cadenas estadounidenses necesitan dar con una nueva gallina de los huevos de oro.

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Este año, muchas de las comedias por las que han apostado en la meca de la televisión mundial tienen como base una historia romántica. Desde la demasiado azucarada A to Z hasta esa especie de Pigmalión 2.0 que es Selfie. Varios han sido los intentos pero su resultado ha sido más que dudoso. La prueba es Manhattan Love Story, serie que acaba de llegar a España de la mano de Cosmopolitan Televisión y que cuenta con el dudoso honor de haber sido la primera cancelación oficial de la temporada televisiva otoñal en Estados Unidos. La exigencia del público seriéfilo español de tener las series lo antes posible hace que las cadenas se tengan que arriesgar a traer títulos sin saber cuál será su futuro. Digamos que tienen que comprar sobre plano. Por eso empieza a ser habitual que en España se vean antes que en Estados Unidos capítulos de series ya canceladas en su país de origen.

El destino fatal de Manhattan Love Story no ha sorprendido. Su base es una acumulación de clichés y estereotipos sexistas que no podían llevar a nada bueno. La presentación de los protagonistas en los primeros segundos de la serie deja claro de qué va la cosa: él, valorando con un “sí” o un “no” a las mujeres con las que se cruza por la calle; ella, haciendo lo propio con los bolsos que ve en brazos ajenos. A partir de una catastrófica cita a ciegas, esos dos desconocidos comienzan una relación en la que los espectadores son testigos tanto de lo que dicen como de lo que piensan en realidad. La relación entre Peter y Dana (así se llaman los susodichos) solo durará los 11 capítulos que se han producido ya de una serie que sabe que no irá más allá.

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Sobre la firma

Natalia Marcos
Redactora de la sección de Televisión. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en Participación y Redes Sociales. Desde su fundación, escribe en el blog de series Quinta Temporada. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y en Filología Hispánica por la UNED.

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