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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Y ahí están

Flipo con la excesiva utopía de Monedero y Montero de que Podemos logrará que recuperemos el deseo de felicidad. Pero sería tan bonito que jubilaran a la podredumbre

Carlos Boyero

La expresividad oral en el mundo del fútbol acostumbra a ser limitada si aplicamos un término piadoso y sonrojante y si respetas la cruel exactitud. Da vergüenza el torrente de frases hechas, lugares comunes y definiciones que nadie sabe qué premio Nobel de la semántica las inventó, pero que son utilizadas masivamente por casi todos los gladiadores del balón cuando les preguntan sobre su trabajo. Pero ese lenguaje clónico, banal y previsible no hace daño a nadie, lo que esperamos de ellos es el placer que nos puede ofrecer su profesionalidad o su arte en el campo.

Sin embargo, me asalta el asco y en ocasiones la risa cuando escucho esa moda verbal entre los profesionales de la política, expresada con gesto enfático, asegurando que el fango que crearon se esfumará con la regeneración democrática, la refundación de sus partidos, las leyes contra la corrupción con las que les debe haber iluminado de repente el Espíritu Santo y no se cuántas tonterías más.

Y entiendes su pavor ante el peligro de que se esfume para muchos una nómina que creyeron sería eterna. Ante la posibilidad de perder mis degenerados privilegios y la posibilidad que auguran las encuestas de que las futuras elecciones las ganen esos joveznos airados e ilustrados que han canalizado la mala hostia que acumula cualquier ciudadano decente y sensato ante el vertedero que han creado, yo le exigiría un esfuerzo a mi imaginación y dejaría de acusar a los que me pueden quitar el pan o el caviar de cosas tan cómicas e inútiles como populistas, demagogos, etarras, independentistas catalanes, bolivarianos, chavistas, castristas y demás retahíla patética sobre los futuros creadores del Apocalipsis.

Flipo con la excesiva utopía de Monedero y Montero de que Podemos logrará que recuperemos el deseo de felicidad que como pueblo y como personas nos merecemos. La felicidad es tan cara como efímera. Y me hace gracia que Iglesias se quitará el piercing de la ceja por si llega a presidente de la nación. E imagino que si ganan su primer interlocutor será el sagrado poder económico. Y la naturaleza humana impondrá sus miserias entre ellos en un tiempo razonable. Pero sería tan bonito como inaplazable que jubilaran a la podredumbre. Ya tendrán tiempo para descubrir el encanto de la corrupción.

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