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‘Testamento’, la muerte anunciada de Vickie Gendreau

La compañía canadiense Quat'Sous presenta la obra que cuenta la historia real de una escritora que murió de cáncer a los 24 años

Escena de 'Testamento', montaje del teatro canadiense Quat'Sous.
Escena de 'Testamento', montaje del teatro canadiense Quat'Sous.Yanick Macdonald

Vickie Gendreau (Montreal, 1989) se enteró que moriría en pocos meses el seis de junio de 2012 cuando los resultados médicos confirmaron que tenía un tumor cerebral incurable. El cáncer se expandía en un lugar muy al interior de su cerebro, razón por la cual era inoperable. Los síntomas habían empezado con una parálisis facial parcial y su decaimiento físico avanzaría de manera más severa. Tan pronto supo la noticia la joven poeta se sentó a escribir su Testamento, su novela que es un testimonio poético sobre su muerte inminente y la vida que abandonaba. En tan solo tres semanas terminó el texto que la editorial canadiense, Le Quartenier, publicó en septiembre del mismo año. Un mes después, Eric Jean, director del teatro Quat’sous en Montreal, se topó con Testamento y tras devorar la novela contactó a la autora por Facebook para pedirle permiso de hacer una adaptación para teatro. Gendreau murió sin ver el montaje de Jean el 11 de mayo de 2013.

La tormenta me apagó y me arrastró...

Vickie Gendreau

“Me hubiera gustado nunca conocer el dolor. Me hubiera gustado ser otra, en otro lugar”, dice Vickie al comienzo de la obra. Entre escenas que son relatos cortos de memorias de la autora, su madre, su hermano y sus amigos, ocho actores sobre la escena, representan una especie de velorio que es también como una fiesta en la que la fallecida está presente y dialoga con los seres que la recuerdan. La actriz que hace de madre es la única que viste de negro y que mantiene una actitud sombría y oscura durante toda la función. Los otros siete personajes, incluyendo a Vickie, se mueven entre la euforia y la tristeza, su vestuario es de colores, incluso de lentejuelas rosadas y verdes en alguna escena. La muerte, aunque se siente cercana no se impone como una sábana oscura en el montaje, sino que parece ser una presencia invisible que recuerda sobre la delicada línea divisoria entre la vida y el momento de todo fin.

Esa idea de estar y de repente dejar de estar, la resume una de las frases de Gendreau, una frase que empieza siempre igual y termina de manera diferente cada vez: "Cierro los ojos, abro los ojos y estoy en Nueva York...cierro los ojos, abro los ojos y sigo en urgencias...cierro los ojos, abro los ojos y...". Así en varios momentos de su vida, de su libro y sobre la escena. Hasta cuando llega un momento en que sus ojos se quedan cerrados para no abrirse más. "La tormenta me apagó y me arrastró", dice Vickie.

La obra es a la vez ficción y a la vez es realidad

Eric Jean

El director comparte que adaptar la novela para el teatro no fue difícil porque todos los diálogos son tomados, sin añadir o quitar una palabra del texto de Gendreau. La labor de Jean consistió en crear una secuencia dramática y una determinada atmósfera con otros aspectos escénicos como son las imágenes de vídeo, el vestuario y sobre todo la música, que es un elemento determinante de la obra. Cada canción evoca una situación especial en la vida de la autora y enlaza las escenas entre sí. Jean escogió actores que fueran a su vez músicos, los artistas cantan en vivo y en directo.

Escena de 'Testamento', producción del teatro canadiense Quat'Sous.
Escena de 'Testamento', producción del teatro canadiense Quat'Sous.Yanick Macdonald

Lo que sí resultó difícil en el proceso del montaje fue abordar el tema que tanto para el director como para los intérpretes era cercano porque provenía de una persona real, señala Jean. "Con esta historia que es auténtica es difícil tomarte libertades, pero al mismo tiempo tienes que tomarte libertades porque no quieres hacer un documental que sería muy pesado. Tienes que hacer como si hablaras de personajes ficticios. La obra es a la vez ficción y a la vez es realidad. Además es particular presentar el espectáculo ante personas reales que aparecen en la obra", concluye. Los familiares y amigos de Gendreau vieron el espectáculo cuando se presentó por primera vez en marzo de este año en Montreal, Jean comenta que todos estuvieron conmovidos.

Sobre la misma Gendreau el director dice que era una persona única, que veía la vida con humor. "Vickie era una persona de contrastes, en su escritura en una sola frase lees alegría y tristeza". La experiencia de haber hecho esta obra le dejó a Jean una sensación especial de haber cuidado de alguien, haber cuidado de su memoria. "Es una reflexión sobre la fragilidad del ser humano y la importancia de que haya compasión por los demás", concluye. Al final de la función se proyecta una imagen de una muñeca inflable que se eleva hacia el cielo atada a unos globos de aire.

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