José María Segovia Cabrera, ingeniero y escritor

Cuando supo que su amigo (y corresponsal asiduo) José María Segovia Cabrera había muerto, la escritora mexicana Ángeles Mastretta le envió a uno de los numerosos amigos que atesoró este ingeniero y escritor tinerfeño: “Lástima mil veces. Don José María era un héroe de la vitalidad. Bendito sea”.

Mastretta fue una de las innumerables receptoras de los mails de Segovia, que descubrió el artilugio de la correspondencia electrónica en 1994, casi cuando empezó a funcionar este sistema de comunicación. Desde entonces escribió tanto, y a tanta gente, y hasta unos días antes de su muerte, que en su haber registra ahora la red el envío de 35.902 mensajes de ese carácter; casi dos mil por año.

José María Segovia murió a los 93 años del pasado día 18, en Madrid, donde vivió desde 1939. Estudió Ingeniería de Minas con un aprovechamiento excepcional. Su educación política era franquista, lealtad que mantuvo a veces a ultranza, pero entre los amigos que hizo por mail (y también analógicamente) atesoró gente de toda ideología; su máxima era el respeto, y sus divisas eran la amistad, la isla (Tenerife) e Internet. Hasta sus últimos días estuvo enganchado a la curiosidad que le deparaba la red, fue usuario entusiasta de periódicos, para amarlos o detestarlos, y convirtió su amplia correspondencia asidua (textos largos, no simples mensajes) en una especie de periódico personal que enviaba con una rigurosa puntualidad profesional. Su tributo a lo analógico: tomaba nota a mano, en un cuaderno cuadriculado, de cada uno de esos mensajes electrónicos.

Además de ingeniero de minas fue escritor. Su materia fue la memoria, ayudada en sus últimos tiempos por el océano de Internet, que frecuentaba con la pericia de un nativo digital. Aunque dejó su tierra muy pronto, guardaba recuerdos milimétricos de su experiencia vital allí. Esa fue la sustancia de sus numerosos artículos, de cuya selección han salido ya dos libros.

Segovia procedía de una larga familia de profesores y científicos, entre los cuales figura el científico republicano Blas Cabrera. Su hijo es José María Segovia, presidente del bufete de abogados Uría Menéndez; era tío de la historiadora y exministra de Educación Mercedes Cabrera. Sus cenizas reposan en alguno de sus lugares más queridos de su isla; su funeral tendrá lugar hoy, a las siete de la tarde, en la iglesia de San Francisco de su ciudad natal, Santa Cruz de Tenerife.