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Sigurdur Gudmundsson: “Cada cuerpo es un poema”

La obra fotográfica del artista islándes, del período entre 1970 y 1982 ha sido recopilada en 'Horizontes Danzantes'

'Composición' (1978), del fotógrafo Sigurdur Gudmundsson.
'Composición' (1978), del fotógrafo Sigurdur Gudmundsson.

Una viga de madera suspendida en el aire por una soga. De un extremo un hombre cuelga mientras la otra punta arde en llamas. Fuego, viga, hombre al aire, cada elemento en la imagen espera un desenlace. Composición (1978) es el título de esta foto del islandés Sigurdur Gudmundsson (Reikiavik, 1949). Su obra fotográfica registra instantes que cuestionan al espectador sobre el momento anterior o posterior al capturado por la cámara, imágenes que bien podrían haber sido sacadas de una cinta cinematográfica. La editorial Crymogea ha recopilado una colección de 116 fotos del artista en el libro Dancing Horizons: The Photographic Works of Sigurdur Gudmundsson 1970–1982 (Horizontes danzantes: la obra de Sigurdur Gudmundsson 1970-1982). Esta publicación presenta trabajos inéditos y es, según el artista, el único libro que reúne su obra de "manera precisa". Gudmundsson ha presentado el monográfico en el museo Stedelijk de Ámsterdam, con la performance Cada ser humano es un poema.

El fotógrafo define su obra como una "creación de paisajes poéticos". Hace casi medio siglo perteneció al movimiento artístico de los setenta Fluxus presente en las artes visuales, la música y la literatura. Los artistas de esta corriente -entre otros Joseph Beuys y John Cage- celebraban lo ordinario. Su misión era romper los límites entre la vida real y el arte. Gudmundsson tradujo esta premisa en piezas que llamó Situaciones: fotos de él en un paisaje previamente orquestado con diferentes objetos. Las piezas de la reciente publicación son de hace cuarenta años, pero el artista aún se ve reflejado en ellas. "El carácter de mi trabajo ha evolucionado a otros medios de expresión (performance, escultura y literatura), pero el tema central sigue siendo el mismo y es visible tanto en mi obra anterior como en la de ahora".

Cada pieza es para el artista un "pensamiento de abstracción filosófica", sin embargo hay cierto carácter narrativo en sus imágenes. Los títulos de cada foto sugieren un contexto específico. En Evento (1975) el artista acuclillado sobre un andén mete la cabeza debajo de una baldosa. La situación propone la idea de un hombre escondiéndose del mundo en plena calle, o buscando algo que ha perdido debajo el subsuelo. "Cada momento el cuerpo quiere contar una historia", dice el artista. Para evitar la inherente naturaleza narrativa corporal, Gudmundsson ha querido situarse "completamente neutral" en sus imágenes. En cada foto su rostro es impasible, sin ningún rasgo que exprese cualquier emoción. Su presencia en el horizonte que fotografía es un elemento más del conjunto.

'Still life' ('Naturaleza muerta', 1976) de Sigurdur Gudmundsson.
'Still life' ('Naturaleza muerta', 1976) de Sigurdur Gudmundsson.

"Cuando el cuerpo interfiere en el espacio es como una danza, una celebración", dice Gudmundsson, y añade que  lo suyo es "un cuestionamiento filosófico pero expresado poéticamente".

En un tiempo en el que aún no existía el Photoshop realizar cada foto implicaba un proceso de ensayos y errores. El artista planeaba previamente cada imagen como si se tratara de un rodaje de un filme o del montaje de una obra de teatro. A esto le seguía la realización misma de la fotografía, y posteriormente en el estudio no había ningún tipo de edición. Para su pieza Composición tuvo que caer varias veces desde las alturas porque la viga de la que colgaba terminaba rompiéndose en el aire a causa del fuego. Su esposa ha disparado la cámara a través de los años.

La suma de su obra entre 1970 y 1982 culminó con la pieza Mountain (Montaña, 1982). En esta imagén Gudmundsson yace sobre unas rocas y sobre su cuerpo tres cúmulos de diferentes objetos reposan repartidos en grupos: sobre sus piernas un montón de zapatos, sobre su estómago panes y desde su pecho hasta su frente libros. El trabajo es una metáfora de lo que necesitamos esencialmente para vivir: alimento, abrigo e inspiración. Para Gudmundsson este fue el punto final que puso a sus Situaciones poéticas. El artista sentía que había dominado ya la composición de lineas en el espacio y de la injerencia de su corporeidad en esas escenas. Seguir con ese ciclo se hubiera convertido en una "ilustración de su pensamiento filosófico", afirma.

La monografía realizada por la editorial Crymogea permite visualizar ese "horizonte danzante" que propone el artista. En un momento en que las imágenes se logran por la manipulación digital, las fotos de Gudmundsson recuerdan también cierta poesía en la forma misma de crear.

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