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El Cervantino se entrega a Shakespeare

El festival mexicano de teatro, música y danza celebra el 450 aniversario del genio inglés

Pablo de Llano Neira
El príncipe de Japón participa en la inauguración del Festival.
El príncipe de Japón participa en la inauguración del Festival.U. R. B (EFE)

Coriolano, Mucho ruido y pocas nueces, Sueño de una noche de verano. Son algunas de las obras de William Shakespeare que se representarán en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato, México, desde hoy hasta el 26 de octubre. El Cervantino, cita de referencia en el circuito del teatro, la danza y la música de América Latina, celebra en su edición 42 el 450 aniversario del genio inglés del arte dramático.

Alguna de las obras de Shakespeare nunca se había montado en México. Además, se tocarán aspectos como su vigencia en la danza o su relación con Cervantes, contemporáneo suyo. El escritor español está en el ADN histórico del festival. Hace 62 años, en esta ciudad colonial del centro de México, el director de teatro Enrique Ruelas tuvo la idea de empezar a escenificar con gente corriente en las calles los entremeses cervantinos. Veinte años después, el Gobierno pensó en lanzar un festival de teatro y optó por aprovechar la tradición que había cuajado en Guanajuato con el proyecto de Ruelas. Así se fundó el Cervantino, que en los 70 y 80 creció y fue ganándose el peso internacional que tiene ahora, no solo en la rama del teatro sino también en danza y música.

“Es un festival multidisciplinario, caben todas las disciplinas y todos los géneros, desde ópera hasta electrónica, desde barroca hasta músicas del mundo…”, dice el director del festival, el escritor mexicano Jorge Volpi, Premio Planeta 2012 con su novela La tejedora de sombras.

“En el festival caben todas las disciplinas y todos los géneros, desde ópera hasta electrónica El escritor Jorge Volpi, director del Festival Cervantino

Volpi explica que el Cervantino se compone de dos ejes temáticos. Uno específicamente cultural, que este año consiste en los contenidos shakesperianos, y otro vinculado a la realidad mexicana y a sus desafíos, aunque proyectado hacia cuestiones universales. Este último eje se dedica este año al concepto de la frontera, idea que se ramifica en varias direcciones: los límites territoriales de México, Estados Unidos al norte y Centroamérica al sur, las divisiones ideológicas, las culturales, las barreras entre géneros artísticos…

El festival también tiene sus invitados de honor. Japón y el estado mexicano de Nuevo León, que limita con Estados Unidos. La elección de Japón es un homenaje al 400 aniversario del primer contacto entre México y el país de Extremo Oriente, protagonizado por el ‘embajador’ Hasekura, cabeza de la misión nipona que llegó por el Pacífico al puerto de Acapulco, pasó por la ciudad de México y desde Veracruz, en el Golfo de México, continuó ruta hasta España. Entre otros artistas japoneses, el Cervantino contará con la compañía de danza de Akira Kasai, maestro de la danza contemporánea butoh, un estilo original del Japón de los años 50 centrado en el cuerpo y sus transformaciones, en el cuerpo y la violencia.

Por primera vez, el festival desarrollará el Proyecto Ruelas, que consiste en representaciones teatrales en barrios marginales a cargo de los propios vecinos, y la Academia Cervantina, un programa que trae a músicos jóvenes de toda América Latina para que trabajen con profesionales de excepción como los de Ensemble Intercontemporain o el Cuarteto Arditti.

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