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Una voz macerada en nicotina y licor

Marianne Faithfull conmemora sus cincuenta años en activo con 'Give my love to London'

Como toda gran intérprete, que no creadora original, Faithfull supo hacer de su obra un mortificado espejo biográfico. Tras unos ingenuos comienzos en el Londres pop, sería cortesana de los Rolling Stones, sensual afrenta al viejo patriarcado, drogadicta de la calle y, finalmente, torturada cantautora. Esta nueva misiva de la dama indignada desvela que lleva ya medio siglo en activo, sin que tal longevidad haya sosegado una voz macerada en nicotina y licor. En Mother wolf mira cabreada el atenazado presente y se pregunta qué mundo recibirán sus nietos; en Late Victorian Holocaust, escrita por Nick Cave a la medida, evoca a los niños maltratados por la crisis. No le faltan pretendientes cuando se levanta el telón: Steve Earle finalizó el tema titular, Roger Waters le ofreció Sparrows will sing, Anna Calvi la ayudó con Falling back. Pero es la protagonista quien, con su estoica presencia y cúmulo de vivencias, cuaja otra función de canciones turbulentas y evanescentes lamentos. Amortizar la propia supervivencia deviene así inefable, rabiosa expresión.

Marianne Faithfull. Give my love to London. Naïve-Popstock!

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