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‘El niño’, ‘10.000 km’ y ‘Vivir es fácil con los ojos cerrados’, en la carrera a los Oscar

La película elegida para competir por la estatuilla de Hollywood se anunciará el 25 de septiembre

Luis Tosar, en 'El Niño'.
Luis Tosar, en 'El Niño'.

Un drama que arrasó en los Goya, un filme indie que triunfó en el festival de Málaga y el thriller que en estos momentos lidera la taquilla española. Esas son las tres preseleccionadas por la Academia de Cine para competir por el Oscar a la mejor película de habla no inglesa. La elegida final se anunciará el 25 de septiembre. El niño, de Daniel Monzón, 10.000 kilómetros, de Carlos Marques-Marcet, y Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, van a estar dos semanas compitiendo por la posibilidad de llegar a la 87º edición de los Oscar. Para seleccionar este trío, los académicos han optado entre 89 largometrajes. Fuera se ha quedado una de las favoritas, La isla mínima, de Alberto Rodríguez, que antes de la lectura de la papeleta, esta mañana en la sede de la Academia, por parte de los actores Úrsula Corberó y Javier Gutiérrez, parecía iba a pasar la primera criba.

Por parte de El Niño han confesado su alegría los productores Álvaro Augustin y Ghislain Barrois (Telecinco Cinema), y Edmond Koch. Barrois habló de su coincidencia con el nombre de la lotería. El thriller lleva en once días en cartel más de 1,2 millones de entradas vendidas, y recorre el mundo del tráfico de drogas en el Estrecho de Gibraltar. “Ya desde el mercado que se celebra en Cannes a la vez que su festival notamos una muy buena recepción”, ha contado Koch, y a su lado aseguraba Barrois: “Las otras dos películas son obras maestras. Es una gran muestra de la diversidad del cine español”.

Tono Folguera, productor de 10.000 kilómetros, recordó que si bien en el certamen de Málaga ganaron cinco ‘biznagas’, su proyección previa en el certamen South by southwest en Austin (Texas), donde ganó los premios a mejor actor (David Verdaguer) y actriz (Natalia Tena, una de las intérpretes de Juegos de tronos), ha abierto sus puertas en Estados Unidos, donde se iba estrenar en otoño. Se ha retrasado a la espera de su competición en un certamen potente que le ayudaría en la carrera al Oscar, según Folguera. Su filme es el más pequeño de los preseleccionados y se sustenta en una historia de amor en la distancia, cuando una pareja se tiene que separar por motivos laborales: ella se va a Los Ángeles, él se queda en Barcelona. “Parte del equipo artístico y técnico vive en Los Ángeles, así que estamos preparados para arrancar la maquinaria de promoción inmediatamente si somos los elegidos el día 25”, ha comentado su productor.

David Trueba ha sido el único director que ha defendido su película en la sede de la Academia. Su Vivir es fácil con los ojos cerrados, que cuenta el viaje a Almería de un profesor de inglés en 1966 para conocer a John Lennon, se llevó seis ‘goyas’. “No tengo claras mis bazas para salir seleccionada, porque en esta votación soy un sujeto pasivo, elige la Academia. Hacer una película en España hoy es una cosa de héroes”. Preguntado por su promoción en Estados Unidos, comentó: “El estreno allí está siendo paulatino. Ya ha salido en Miami, y en octubre se estrenará en Los Ángeles, y sí, iré a hacer promoción. Yo estuve allí hace 20 años en la ceremonia de Belle epoque, y hace una década justo fui con Tono Folguera [productor de 10.000 kilómetros] porque ambos estábamos involucrados en el documental Balseros, hasta hoy el único documental español candidato al Oscar… Me lo he pasado muy bien. Mira, ahora que lo pienso voy cada diez años”. Pero antes, recalcó, “hay que salir elegido finalista. Es como lo de alcaldesa de Madrid, que vas cayendo por eliminación”.

En cuanto al futuro del cine español, David Trueba, que hoy mismo cumple 45 años, habló de dos caminos. “Por un lado está el talento. Ese se ha visto que existe, que se exporta, que puede viajar. Me preocupa más el de los técnicos, que tienen que bregar con una crisis que en realidad ataca a todas las artes y en general al país. No se han hecho las cosas que se prometieron hacer, la dirección cultural se ha dejado en manos… En fin, la misma dimisión de la anterior de la directora del ICAA demuestra el cúmulo de trabas. Nos tenemos que preguntar si queremos ser un país potente en lo audiovisual, que la gente en todo el mundo nos relacione con una calidad, o que se haga cine –porque siempre se hará cine como siempre se escriben novelas- de forma tan anecdótica como en Palestina o Sri Lanka. En realidad, más que preocuparnos por el futuro del cine, creo que a los cineastas nos preocupa más el poder comer haciendo lo que nos gusta. Como el resto de los españoles”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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