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OPINIÓN
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Mafia

'Gomorra' no estuvo exenta de polémica, con la protesta de grupos vecinales napolitanos por la contribución a perpetuar la imagen de lugar controlado por las redes violentas

David Trueba

De tanto en tanto, un nuevo asesinato en la Costa del Sol española nos recuerda que nuestro país es un paraíso del narco internacional y el lavado de dinero, con una enorme potencia en el sector de la prostitución. No existe en cambio una iconografía mafiosa española. La serie Gomorra, que compite los lunes en La Sexta con productos de gran atractivo para el consumidor local, Isabel y Chiringuito de Pepe, gozó de gran éxito en las emisiones de Sky Atlantic. No estuvo exento de polémica, con la protesta de grupos vecinales napolitanos por la contribución a perpetuar la imagen de lugar controlado por las redes violentas. Quizá el vínculo original con la obra de Roberto Saviano le libera de la sensación de servir a la explotación de una veta y alienta la posibilidad de un talante crítico.

Pero sin duda, lo mejor de la serie reside en su geografía centrada en la hermosa Nápoles. Comparte con la adaptación de Gomorra que ya realizó Matteo Garrone algunos de los paisajes urbanos más llamativos, en especial el conocido barrio de Scampia, surgido a mitad del siglo pasado en el norte de la ciudad con las características propias del aluvión de población hacinada. Como suele suceder, la perpetuación en el tiempo dota a los rincones de una belleza especial y lo feo se convierte en hermoso por la fuerza de la costumbre. Desde la azotea de Le vele Scampia, donde los personajes transitan con aparente naturalidad, se aprecia el valor de un icono visual.

Lo que se pretende es narrar el juego de fuerzas entre clanes enfrentados, pero desde personajes menores que abrazan la mafia para resolver situaciones familiares y elevarse sobre la mediocridad general de una sociedad deprimida. Finiquitado el mensaje crítico, queda la abierta violencia en las calles oscuras y deprimentes. También mansiones de lujo desatado, como la que después de ser usada por el capo Francesco Gallo se ha alquilado para la serie en las cercanías de Torre Annunziata y que a su vez estaba construida con directa inspiración de la que Al Pacino exhibía en Scarface, en un ejercicio perfecto de la estructura circular que se ha establecido entre cine y realidad en todo lo que se refiere a la mafia y el crimen organizado.

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