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El amo pasmado

'Made in Spain' novela los avatares de dirigir una fábrica "con criterios humanitarios"

Taller de calzado.
Taller de calzado.Joaquín de Haro

Aunque el camino recorrido es espectacular, la novela es aún un género literario muy joven y acaso ahí radique su fortaleza y envidiable salud, porque en su breve historia ha salido airosa de la promiscuidad, tras las relaciones mantenidas con otros géneros y disciplinas artísticas, ha resistido la sobreexplotación indebida o innecesaria y se ha mostrado inmune a las varias sentencias de muerte que, periódicamente, la amenazaron. En los últimos tiempos, al menos en nuestro panorama, la novela afronta diversos revivals de signo realista, entre ellos, el modelo "social" o "comprometido".

Viene esto a cuento de la declaración que acompaña Made in Spain, de Javier Mestre (Madrid, 1967): "Aprovechando que la crisis pasa por Valladolid, se habla mucho, demasiado, pienso yo, de novela social. En cuanto aparece un pobre, un precario, un desahucio o un maltrato, hasta los críticos más académicos se nos ponen sentimentales. A ver si hay suerte y esta novela cuela en la moda. Aunque mucho me temo que no lo tiene fácil, porque esta novela habla de lo que hablan las verdaderas novelas sociales: de la lucha entre el capital y el trabajo. Y en directo, con las plusvalías al aire y sin paños ni apaños sentimentales".

Aprovechando que la crisis pasa por Valladolid, se habla mucho, demasiado, pienso yo, de novela social Javier Mestre

Pese a esta filípica preventiva, nos disponemos a leer una novela conservadora en su estructura —dividida en planteamiento, nudo y desenlace—, y que pronto se revela maniquea en su planteamiento —con personajes agrupados en buenos y malos alineados en cada uno de los extremos sociales, si bien con oveja negra y lobito bueno en los respectivos bandos, a título de excepción—, costumbrista en el modo de tratar la realidad presente como materia novelable, poblada de tipos más que de personajes —salvo la media docena que con mayor carácter protagónico tiran de la intriga— y de un buen número de figurantes que ilustran el mundo empresarial (con sus abogados serviles y otros mafiosos), el mundo de la fábrica e incluso ciertos sectores de países como Marruecos o India adonde se ha trasladado la producción en el reciente proceso de deslocalización. Son personajes que aparecen, cumplen su misión descriptiva —trátese de un oficio, unas condiciones laborales, una ideología, un modo de vida o el padecimiento personal— y, poco después, desaparecen.

En Made in Spain falta, eso sí, el final feliz, porque dado el tema de la novela, eso sería catastrófico, en tanto en cuanto impediría la denuncia y la moraleja. Es decir, si triunfasen los buenos propósitos del joven Ferrán, que ha de volver de Tánger y del mundo del hachís para hacerse cargo de la fábrica de papá, repentinamente fallecido en accidente de tráfico, y dirigirla con criterios humanitarios sin recurrir a la economía sumergida, los talleres clandestinos que incumplen con los derechos laborales y demás condiciones, etcétera. La parcela de la realidad que cubre esta novela no carece de interés, y es apreciable el esfuerzo del autor por mostrar un amplio abanico de vidas humanas, pero el tratamiento no convence. A lo señalado más arriba hay que añadir una inclinación excesiva a la acumulación redundante, la banalidad discursiva en muchos tramos y la reducción de la novela en cuanto obra literaria a una incolora misión de servidumbre, olvidando que el lenguaje es la materia prima con la que tiene que articularse cualquier historia.

Flaco favor se le hace a la clase trabajadora cuando se la hunde en la vulgaridad, nulo interés nos despiertan los retortijones de otro personaje ni si se limpia el culo con prisa o despacio, cansa el excesivo prosaísmo, molestan las frecuentes frases rimadas, sobran las abundantes reiteraciones —"ahora la niña sonreía nerviosa, muy nerviosa, ¡estaba de los nervios!"—, especialmente cuando símiles elementales reaparecen aplicados a las reacciones de los personajes —"el Mancuernas se infló de sangre como un tomate a punto de reventar"; "se sintió más ninguneada que nunca, la cara inflada de circulación sanguínea"—, ni tampoco convencen otros supuestamente efectistas: "Bajo el meado de días, sobre el umbral porcelánico del bote sinfónico del retrete, descubrió el brillo metálico de las llaves".

Made in Spain. Javier Mestre. Caballo de Troya. Madrid, 2014. 253 páginas. 21,90 euros

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