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Una belleza industrial

Un capítulo de la fotografía alemana de los años 30 y 40 ligada al trabajo, la ingeniería y arquitectura

'Maxauer Schiffsbrücke' (1935). Fotografía de Paul Wolff.
'Maxauer Schiffsbrücke' (1935). Fotografía de Paul Wolff.

Bajo la luz roja, el líquido revelador va haciendo surgir lentamente en el papel unas sombras que precisan contornos y figuras hasta estos que se hacen nítidas y muestran la escena. De la misma manera, en la historia, los acontecimientos y los personajes se van perfilando lentamente hasta dar sentido a unas imágenes que permiten completar un relato. Dentro de la historia de la fotografía quedan aún por revelar algunos perfiles de los personajes que permitieron desplazar la mirada y el entendimiento desde la mera imagen documental y el reportaje hasta la asimilación de la fotografía como obra de arte, como objeto de contemplación estética.

Una pequeña exposición en la galería Casa sin fin, con poco más de media docena de fotografías y otros tantos libros, aporta elementos documentales que ayudan entender e ir completando uno de los episodios de la historia de la asimilación de la fotografía como arte autónomo. En ella se muestra obra de cinco fotógrafos del ámbito germánico, E.O. Hoppé, Jakob Tuggener, Hugo Schmölz, Josef Stoffels y Paul Wolff, que trabajaron en los años treinta y cuarenta del pasado siglo interesándose, entre otros temas, por el mundo del trabajo, por los obreros y por las obras, tanto fabriles como constructivas. Este es un tema que resulta enormemente interesante porque, en principio, parece el menos apropiado para una recreación artística, ya que, entre lo común y lo sórdido, las imágenes que reproducen se alejan del esteticismo y del glamur que, desde el pictorialismo, se venían persiguiendo en otros tipos de fotografías que muestran el lado artístico o la imagen bella, como son el paisaje, el desnudo o la reproducción de obras de arte. Un esforzado obrero, un puente metálico, una máquina o una pieza de calderería, tratados con objetividad realista, no parecen, en principio, los motivos más idóneos sobre los que apoyar un discurso artístico y sin embargo se aprecia en la obra de estos fotógrafos una decidida valoración de elementos que son intrínsecos al trabajo y que les permitieron construir este difícil camino que va desde el reportaje sobre la realidad a la creación artística.

Deutsche Arbeit! Galería Casa sin fin. Doctor Fourquet, 11. Madrid. Hasta el 31 de julio y entre el 1 y el 13 de septiembre.

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