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FERIA DE SAN FERMÍN
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Pepe Moral merece un futuro

Antonio Lorca
Pepe Moral, en su segundo toro, al que cortó una oreja.
Pepe Moral, en su segundo toro, al que cortó una oreja.LUIS AZANZA

El muy honroso gesto de la Casa de Misericordia de ofrecer una oportunidad a Pepe Moral, un torero abandonado por las empresas y rotundo triunfador el día del Corpus en Sevilla, ha tenido la mejor recompensa. Lo más importante no es la meritoria oreja que cortó al noble inválido que hizo quinto, sino el serio aldabonazo que ha dado y su demostración de que es torero que lleva dentro una innata y desbordante vocación, una clásica concepción del toreo y tantas ganas de triunfar que muy difícil será que no alcance su objetivo.

Moral es una de las paradojas de la vida y de esta ingrata profesión. Ha toreado solo ocho corridas desde que tomó la alternativa en junio de 2009, se perdió su nombre en el olvido y, en contra de toda lógica, ha mantenido la ilusión junto a su apoderado, el también torero Manolo Cortés, y ha aprovechado las dos oportunidades que la suerte y el tesón le han ofrecido. Sorprendió en la Maestranza, donde cortó las dos orejas a un toro del Conde de la Maza; supo que la justicia existe cuando lo llamaron de Pamplona, y aquí ha dejado muy alto el pabellón de la torería.

FUENTE YMBRO / PADILLA, MORAL, FORTES

Toros de Fuente Ymbro —el cuarto como sobrero—, muy bien presentados, mansos, muy blandos y descastados; deslucido el segundo y nobles primero y cuarto.
Juan José Padilla: bajonazo (oreja); pinchazo y estocada (oreja). Salió a hombros.
Pepe Moral: estocada tendida (silencio); estocada (oreja).
Jiménez Fortes: dos pinchazos y estocada (silencio); tres pinchazos y estocada (silencio).
Plaza de toros de Pamplona. 12 de julio. Sexta corrida de feria. Lleno.

Lo más asombroso no es su ilusión, que, como el valor, se le supone, sino su preparación, su oficio, su forma de asentar las zapatillas, de citar y correr las manos, su conocimiento y sus formas, que nada tienen que ver con cinco años de ostracismo. Es un torero hecho y derecho, la viva imagen de quien tiene una larga temporada a sus espaldas y merecedor, por lo tanto, de toda la confianza.

Maneja el capote con soltura y grandeza, y trazó verónicas de gran hondura; bien plantado con la muleta, dibujó redondos y naturales meritorios. No fueron muchos porque su primero era un toro inservible, áspero y deslucido, al que no le perdió la cara; y muy blando el noble quinto, ante el que solo pudo esbozar algunas pinceladas de su concepción torera. Merece mejor suerte este Pepe Moral; le sobran condiciones y actitud. Ojalá haya comenzado para él una nueva vida.

De todos modos, el triunfador de la tarde por el número de orejas fue Juan José Padilla, y su tarde merece una seria reflexión.

Nada se puede añadir a estas alturas al mérito extraordinario que tiene este torero, que ha sido capaz de resurgir de sus propias cenizas y triunfar a lo grande en un alarde de sacrificio, fuerza, coraje y una férrea voluntad de superación. Padilla es un hombre de una pieza y un héroe como torero.

Pamplona es su plaza de referencia; aquí se le venera con auténtica devoción, es el referente de las peñas, que acuden a la plaza con banderas piratas y lo jalean con el canto ya famoso de “illa, illa, illa, Padilla maravilla”. Nadie le ha regalado nada a este torero que se ha hecho grande en un valiente enfrentamiento con su propia desgracia.

Pero dicho lo cual, es de justicia aclarar que en su ánimo por agradar a sus partidarios, ayer ofreció su peor versión con el mejor lote de la tarde. No le será fácil superar una actuación más pueblerina, tremendista y trapacera desde que recibió a su primero con cuatro largas cambiadas de rodillas en el tercio, hasta que lo sacaron a hombros. Despegado, mal colocado y destemplado, bullanguero y basto, ofreció una clase de destoreo que merece figurar en los tristes anales de esta plaza.

Jiménez Fortes se enfrentó a dos marmolillos. Tuvo detalles y se le vio vendido. Ha conseguido que se esté más pendiente de la posible voltereta que de sus buenas maneras toreras. Y eso es un problema.

La corrida de hoy

Toros de Adolfo Martín para los diestros Diego Urdiales, Manuel Escribano y Alberto Aguilar.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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